Por: Angel Mora Rojo
Esta será polémica.
Una jornada más por la conmemoración del Día Internacional de la mujer en Baja California Sur.
Mucho que reflexionar y analizar.
Empiezo por lo positivo:
En esta ocasión fueron mínimos, casi nulos mis congéneres, personas públicas o ciudadanos de a pie que “felicitaron a las mujeres en su día”.
Quiere decir que ha comenzado a entenderse que el 8M no es una celebración, si no la conmemoración de una lucha permanente, pero sobre todo en proceso, es decir no terminada, por los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia y la equidad de género en todos los aspectos de la vida de las personas.
Sin embargo, el debate que sigue polarizando y considero que este año más que otros, fueron las protestas que involucraron la pinta de espacios públicos y monumentos, sobre todo en La Paz, en el caso de Baja California Sur.
Así, el diálogo no se centró en los mensajes, en la cada vez más nutrida convocatoria de las marchas de mujeres adultas, mujeres jóvenes, adolescentes y niñas, si no en quienes condenaron y quienes defendieron las expresiones más radicales de la protesta.
La discusión no se centró, en los mensajes que se llevaban en las pancartas y las mismas pintas en plazas y en la mentada paloma de La Paz, donde se expresaba el hartazgo de las mujeres por un sistema (gobierno y sociedad) machista que las violenta, que las oprime y que mantiene en la impunidad a sus agresores, que finalmente era lo importante.
La discusión se centró en la “vandalización” de los citados espacios públicos.
En su mayoría hombres, criticaron y cuestionaron a las mujeres que forman parte del sector radical de las protestas por el 8M, acusándolas de incultas e ignorantes.
Pero también varias mujeres en sus redes sociales, condenaron lo de la “vandalización”, agregando ellas, que esta parte de la protesta, estas mujeres que pintan, que rompen y que queman “no me representan”.
Como en muchos movimientos sociales, que incluyen acciones radicales, considero que las protestas del 8M, requieren de la sensibilización de cada uno de nosotros en cuanto a lo que significa la lucha de las mujeres por sus derechos y sobre todo la realidad que viven en cuanto a una vida llena de violencias.
Como hombre en un país machista, no puedo pretender empatía con lo que viven las mujeres, pero si puedo en base a razonamientos sensibilizarme por lo que luchan.
Comparto, como he llegado a dicha sensibilización:
-Soy periodista crítico en un país considerado entre los más peligrosos para ejercer la actividad, pero aún con ello nunca he tenido miedo de salir a la calle de noche y no regresar.
– Mi éxito académico y profesional nunca ha estado ligado a mi apariencia, ni mucho menos a la pretensión de un intercambio de favores sexuales.
– Tampoco temo que mi género defina mi salario.
– Aunque los hombres en ocasiones también sufrimos acoso, no es ni la mínima parte de lo que he sido testigo que sufren amigas y conocidas, además como hombre, en cuanto a mis características de fortaleza física, no temo que ese acoso se pudiera transformar en abuso.
– Cuando he ingerido bebidas embriagantes con amigas, no temo que ante mi embriaguez, pretendan abusarme.
– Cuando me atiendo un tema de salud, no temo que el médico tratante pueda aprovecharse de mi vulnerabilidad.
– Como periodista he hablado con mujeres cuyas parejas las violaron al mismo tiempo que a sus hijas. He escuchado testimonios de niñas violadas por pastores religiosos en una casa hogar o por sus propios padres, tíos, primos y hermanos.
– He sido confidente de mujeres en el servicio público acosadas y abusadas por políticos que en el discurso se pronuncian por la violencia contra las mujeres.
– He sido testigo del proceso revictimizador y humillante que viven las mujeres que denuncian a sus agresores.
– He acompañado en el proceso de denuncia a mujeres que son acosadas por sus ex parejas después de concluida la relación, por meses o años y que tras la denuncia, por vacíos en la legislación, luego de ser presentados para su declaración ministerial, son puestos inmediatamente en libertad y arremeten contra las denunciantes, poniendo en riesgo su integridad y su vida.
– Y en el peor de los casos, como periodista he documentado feminicidios, que durante la investigación se conoce que la víctima contaba con un historial de denuncias y reportes contra quien las termina matando.
– Y lo más grave, he sido testigo de la impunidad en la gran mayoría de los casos.
Por eso en mis redes escribí que LAS MUJERES QUE ROMPEN Y QUE QUEMAN EN EL 8M REPRESENTAN A LAS MUJERES QUE ASESINARON Y VIOLARON Y NO HAN TENIDO JUSTICIA.
En cuanto al “vandalismo” y la parte radical de las protestas por el 8M, agregó:
Como periodista he documentado protestas radicales por “gasolinazos”, por reformas educativas, por derechos laborales, por contratos colectivos, por el pasaje turístico y hasta por fraudes electorales.
PARA MI NO HAY MOTIVO MÁS GRANDE PARA PROTESTAR QUE LA JUSTICIA.
PD… Vivimos en un sistema tan profundamente machista que, a pesar de que por primera vez una mujer es Presidenta de la República, en la figura de Claudia Sheinbaum, su propia bancada en el Congreso de la Unión en más de una ocasión ha bateado sus propuestas, cuando al último presidente próximo inmediato, Andrés Manuel López Obrador no le movían ni una coma.
Y no es por el inmenso poder que suponía AMLO ante sus legisladores, si no que tampoco a sus predecesores su propia bancada les jugaba las contras, ni a Enrique Peña Nieto, ni a Felipe Calderón, ni a Vicente Fox, ni a Ernesto Zedillo, ni a Carlos Salinas de Gortari, ni a Miguel de la Madrid que son los que tengo conocimiento de sus presidencia, pero menos lo creo en tiempos del presidencialismo puro de José López Portillo, Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz, etc.