Acusan a psicólogo/payaso de CSL de abuso sexual, acoso, pederastia y trata de personas

En el tendedero virtual de abusadores y violadores de la Asamblea Feminista de Baja California Sur se publicó ayer el caso de un psicólogo identificado como Juan Pablo “N”, a quien se le señala de haber abusado sexualmente de pacientes, algunas menores de edad y lo más grave un presunto caso de trata de personas.

A raíz de la publicación del caso de una de las presuntas víctimas en el tendedero, otras mujeres se dijeron también víctimas del sujeto, quien cuenta con una oficina en un hotel en el centro de Cabo San Lucas y a quien señalan de ostentarse también como payaso e instructor de actuación y con supuestas relaciones en cadenas televisivas nacionales, lo que a decir de las denunciantes, usaba para manipularlas.

Adicional a ello, a la redacción de HOY BCS llegaron otras narraciones de presuntas víctimas.

Los casos que se presentan aquí son crudos y se respetó la redacción de las presuntas víctimas.

PRIMER CASO

El caso original publicado ayer, se señala que los hechos se registraron hace aproximadamente 10 años, cuando la víctima tenía 15 años; narra que acudió al psicólogo por una depresión tras el divorcio de sus padres.

En el principio, comenta, no sufrió ningún acoso por parte del psicólogo, e incluso le ofreció clases de actuación gratuitas, ya que a su decir, él había trabajado en la televisión, sólo tenía que comprometerse ir todos los días.

Luego de varias terapias, continúa el relato, comenzaron las clases de actuación, donde comenzaron las insinuaciones de carácter sexual ya que a decir del psicólogo “le ayudaría a manejar sus emociones en casos de presión”, argumentando además que “eso hacían las buenas actrices”.

De acuerdo al texto, en la misma época que sucedieron los presuntos hechos, había otras dos menores de edad, a quienes el sujeto habría hecho besarse como “ejercicios”.
Según la víctima en un momento estaba tan manipulada que accedía a todo lo que le pedía, hasta que las cosas llegaron al grado que la habría prostituido, “…después de haberme bañado y cambiado, el llegó junto con un señor, un extranjero de Estados Unidos y me dijo, ¿recuerdas todo lo que aprendiste?, te vas a ir con esta persona y harás lo que te diga”.

La presunta víctima, narra haber sido drogada y violada en esa ocasión, pero no fue la única en la que el acusado la llevó con otras personas para ser violada.

“Después supe que este sujeto estaba cobrando dinero por lo que me hacían, me estaba prostituyendo. Además de haberme prostituido este psicólogo abusó sexualmente de mi concluye”.

En la misma sección de comentarios de la publicación, otras mujeres escribieron:
“Me pasó lo mismo con el, después me enseñó videos íntimos de unas muchachas que iban a terapia con él y hasta unas de la limpieza, obligándolas a hacer contenido “creativo” para el próximo programa de educación sexual en Telehit”.

“Yo también fui a terapia con el y me hacía sentir muy incómoda haciendo los mismos comentarios. Donde podemos denunciar? Para que esto no le pase a más”.

SEGUNDO CASO

Dentro de los comentarios de la publicación original, otra presunta víctima expuso su caso, señalando que conoció al sujeto por que le llevaba sus redes sociales, pero de inmediato le ofreció prepararla para el medio artístico porque decía que “tenía contactos importantes en Televisa”, provechando que ella tenía aspiraciones artísticas.

“En la “terapia” que me daba el tema principal que tocaba era el sexo; él decía que hablaba mucho de esto porque yo necesitaba liberarme de los tapujos sexuales que tenía por ser muy cristiana”.

“Me contaba sobre sus relaciones íntimas con su ex pareja; recuerdo mucho una vez que me contó que llevó a su esposa a que le dieran un masaje y el masajista empezó a penetrarla y él sólo la veía y me preguntaba que si qué pensaba yo acerca de eso; yo le decía que si a él le parecía bien pues bien por él (muy incómodamente)”.

“Un día me decía que las prostitutas eran unas heroínas en la sociedad porque evitaban muchas violaciones; otro día decía que tenía a un paciente muy tímido que buscaba tener sexo (consejo que le dio el mismo psicólogo) y que estaba dispuesto a pagar; y tiempo después me preguntó si yo accedería a tener sexo por dinero (no acepté)”.

“En muchas ocasiones me repetía que él tenía el pito chico pero que era experto en sexo oral, que hasta una lesbiana se lo había reconocido. Decía que las mujeres de pecho pequeño eran más salvajes en la cama y al mismo tiempo me preguntaba que si qué copa era yo”.

“Decía que él tenía una relación poliamorosa y que estaba buscando a una muchacha universitaria que fuera inteligente y bonita; luego me preguntaba que si yo conocía a alguien con esas características (me sentía muy incómoda con esos comentarios, pero sólo los ignoraba)”.
“Me ponía videos pornográficos “educacionales” y me hacía verlos de principio a fin. Una vez me tomó de la mano y me dijo: acabamos de tener una relación sexual tú y yo, porque somos sexo femenino y sexo masculino”.

“Poco a poco fui dejando de ir porque no me sentía cómoda, no me pagaba el trabajo que hacía, decía que la relación con mi novio no iba a durar, en fin… No había visto la gravedad de estas cosas. Pensaba: “fueron momentos incómodos y ya”, pero ahora veo que todo lo estaba preparando para hacerme algo similar a lo que te hizo a ti; sabiendo todo esto que compartes me doy cuenta de lo perverso que es y que en realidad estaba viviendo acoso por parte de él”.

TERCER CASO
A raíz de la publicación del caso, a la redacción de HOY BCS llegó otra narración de una presunta víctima.

“Llegué ahí como muchas, estaba pasando por momentos muy difíciles, perdidas familiares, mucho estrés y miedos y pedí ir a un psicólogo, me llevaron a las instalaciones de un hotel Casa Blanca, comencé contándole toda mi vida, mis miedos e inseguridades, asistía con al esperanza de que un profesional me ayudara, tenia solo 15 años”.

“Decía que me iba a ayudar pero mi caso era algo grave y que no me preocupara si no podía pagar todas las terapias, pero tenia que hacer todo lo que el me indicara”.

“Las pláticas fueron subiendo de tono poco a poco, primero me pedía que le mostrara que me causaba inseguridad de mi cuerpo, que me levantara la blusa, pero yo le decía que me daba pena, decía que era parte de la terapia, que me tenia que aceptar, que era muy bonita, que usara ropa mas a mi talla, (apretada y pequeña), que todo era terapia, decía que todo era nuestro secreto, que no contara nada y que él no le diría a nadie lo que analizaba”.

“Luego empezó a poner videos pornográficos (parte de la terapia) pero me resultaban muy incomodos, comenzaron las platicas de sexualidad, decía que el tema eran tapujos de la sociedad pero era necesario saber y hablar de ello, me decía que su esposa era sexóloga y que hacían terapias con adultos, hablaba de las relaciones sexuales que el tenía, TODO el tiempo hacía referencia de su pene, decía que a pesar que era pequeño el se desempeñaba muy bien, que sabia cosas que yo tenía que aprender, me resultaba repugnante”.

“Me preguntó que si había tenido experiencias sexuales, que era un paso muy importante hacerme mujer y que todas mis inseguridades se liberarían, me pedía como parte de la terapia que me masturbara y que tenía que pensar mucho en ello para después contarle como me sentí, no accedí, yo no entendía por qué si lo que tenía eran problemas familiares, decía que requería más tiempo y más días de terapia, que no faltara. Hacia también terapias con niños, se vestía de payaso y daba sus shows, me pedía que fuera a sus eventos y que platicara “mi experiencia de superación” con las personas que estaban interesadas en terapia, (mamas y papas, para llevar a sus hijos)”.

“Luego empezó a hablar de que él estaba enfermo, que no sabía si seguiría vivo que sufría mucho y que su esposa no lo entendía, decía que lo que platicaba conmigo era especial, empezó a querer abrazarme cada vez que se terminaban las terapias, (era muy incómodo) decía que sentía estima, las ultimas veces me pedía que me recostara en un sillón que tenía en el estudio, me tapaba los ojos con una venda y me tomaba de la mano diciendo que era algo espiritual, decía que comenzaba a sentir muchas cosas por mi, la última vez que fui fue porque la despedirme me abrazo fuerte, no me soltaba y me repagó su pantalón e hizo sonidos raros, salí de ahí asustada, nunca le conté a nadie y no volví nunca ahí”.

Ángel Mora Rojo
Ángel Mora Rojo
Reportero, periodista de investigación, analista y asesor en estrategias de comunicación. Creo en la comunicación como medio para prevenir y resolver cualquier conflicto y en el periodismo y la información como la más poderosa herramienta para conformar una sociedad moderna, incluyente y democrática y sobre todo contra cualquier tipo de abuso de poder público o privado. NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS.

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