Insisto: la percepción corre de forma paralela a la realidad.
Y en Baja California Sur tenemos una percepción de seguridad, pero una realidad de inseguridad.
Antes del 2018 cuando se registraban hechos de inseguridad en Baja California Sur, principalmente en Los Cabos y La Paz, la iniciativa privada a través de sus cámaras y consejos y la sociedad civil organizada, a través de sus asociaciones civiles, presentaban una postura respetuosa y propositiva, pero firme y enérgica ante las autoridades de los tres niveles de gobierno para que se actuará en los temas de seguridad.
Así fue durante el sexenio perredista de Narciso Agúndez, con ejecuciones en Los Cabos y La Paz y la operación de una banda de secuestradores, que fue desarticulada. La IP y la sociedad civil organizada se pronunciaron y se implementaron acciones y operativos.
Y así fue de manera más puntual durante los periodos de gobierno de los panistas Marcos Covarrubias y Carlos Mendoza Davis, en la ola de violencia que se extendió por más de 3 años, donde de manera decidida, la iniciativa privada coadyubo con las autoridades para fortalecer la presencia de la Secretaría de Marina, con lo que se puso fin a la ola de ejecuciones que se daban a la vista de todos.
Sin embargo, a partir del 2018 con la llegada al poder federal y municipal (en Los Cabos y La Paz) de la llamada “Cuarta Transformación”, la estrategia de la IP y la sociedad civil organizada para temas de seguridad cambió, se dejó de exigir en lo púbico atención a la seguridad.
Cuando se dejaron de contar los ejecutados en vía pública, pero empezaron a subir los reportes por desapariciones, ya no hubo voz pública que emplazara a la autoridad para pedir una explicación al fenómeno.
Cuando pequeños comerciantes, restauranteros y vendedores de cerveza y bebidas embriagantes comenzaron a reportar extorciones de presuntos miembros de la delincuencia organizada, tampoco hubo voz para exigir acción a la autoridad, es más se acompañó a la versión de los gobiernos “que no había reportes oficiales, sólo rumores”.
Cuando comenzaron a aparecer en Los Cabos y La Paz fosas clandestinas con decenas de cuerpos, no hubo pronunciamiento alguno.
Se empezó a ocultar la realidad de la seguridad.
Así desde el 2018, en materia de seguridad el único pronunciamiento público de iniciativa privada y sociedad civil organizada, ha sido para celebrar los resultados de la ENCUESTA NACIONAL DE SEGURIDAD PÚBLICA URBANA que mide la percepción de seguridad de los ciudadanos de 90 municipios del país, donde Los Cabos y La Paz siempre figuran en los primeros lugares, destacando que sus habitantes “SE SIENTEN” SEGUROS.
Y para las autoridades locales de municipios y el estado de que lo único que se hable sobre la seguridad es que todos se sienten seguros, ha estado a toda madre.
Pero como todo problema social que no se atiende, el problema creció en seis años y en una semana, nos estalló en la cara.
En una semana brotó la realidad de la seguridad en Baja California Sur:
– Hubo ejecuciones de militares y policías.
– Se confirmó la presencia de células de la delincuencia organizada.
– Hubo amenazas a funcionarios públicos en mantas que obligaron renuncias.
– Se desmanteló una pista de aterrizaje clandestina, donde se aseguró armamento.
– Se capturó una célula de sicarios en Los Cabos y otra en La Paz.
– Y se mando al mundo una imagen que nunca se había visto; presuntos delincuentes prendiendo fuego a autobuses en pleno corredor turístico.
Y aun con este escenario, la postura de la IP y la sociedad civil organizada de la mano del gobierno municipal en el caso de Los Cabos, y sin ningún pronunciamiento del gobierno municipal en el caso de La Paz, ha sido “que todo está bien”.
Además, un llamado enérgico a los ciudadanos “que no se compartan fake news” para no generar psicosis colectiva, omitiendo la exigencia a la autoridad de informar de manera clara y expedita lo que sucede en materia de seguridad en el estado, por que falta de información por parte de la autoridad, siempre se va a llenar con desinformación.
Todos coincidimos que la imagen de destinos seguros es de gran importancia para seguir siendo competitivos turísticamente.
Que bueno que haya un buen entendimiento entre IP y gobierno.
Pero la seguridad no puede ser simulada o de percepción.
Negar u ocultar la realidad, tiene costo.