Ante los hechos de violencia registrados en días pasados en Baja California Sur que alcanzaron y terminaron con la vida de un alto mando de la Procuraduría General de Justicia del Estado, el licenciado Sergio Contreras, auxiliar del Ministerio Público en San José del Cabo, reflexionó en sus redes sociales:
“Sales de la universidad con mucho esfuerzo y sacrificio, ingresas con toda la convicción a la academia para ser agente de investigación criminal, logras el objetivo y lo celebras con tu familia; ingresas a la institución y te das cuenta que tu sueldo es de siete mil pesos, que no hay viáticos”.
“Te mandan a una partida fuera de tu casa, tienes que pagar renta, gasolina, alimentos, las jornadas son extensas, no hay gasolina ni para tu vehículo oficial, en ocasiones tienes que poner de tu propia bolsa, de ese sueldo miserable que te da el gobierno, batallas con el dinero y con las jornadas de trabajo”.
“Llega un conflicto de esta naturaleza, y la gente valora: ¿vale la pena por siete mil pesos?”.
“Tú como madre, como padre, como hermana, hermano, hija o hijo, ¿qué le dirías a tu familia que se está exponiendo por siete mil pesos a la quincena?”.
“Mi apoyo total a todos los elementos de la agencia de investigación criminal de la PGJE que en estos momentos más que en otros están arriesgando sus vidas por nosotros”.
“Hagamos conciencia y también se vale exigir que se les dé un trato digno, es una pena que se les exija tanto y se les de tan poquito”.
Hasta aquí sus reflexiones.
Van las mías:
Cuando se registran hechos de violencia que sacuden a impactan a todo un estado como los ocurridos en las últimas semanas en Baja California Sur, nos obliga a voltear a ver las fortalezas y debilidades de las instituciones del estado para enfrentar la crisis de seguridad.
Un salario digno en todas las actividades humanas es el mejor aliciente para desempeñar un trabajo con la mejor actitud y mayor compromiso, por que al tener un salario digno que cubre todas las necesidades básicas del trabajador, éste tiene un mejor enfoque en su actividad y por el contrario cuando el salario no alcanza ni para subsistir, baja el rendimiento del colaborador, quien ocupa parte de su tiempo para resolver su faltante de ingreso para cubrir sus necesidades personales.
Investigué entonces en información pública el salario de los trabajadores de la PGJE, enfocándome en aquellos que su responsabilidad está directamente relacionada en las investigaciones de hechos de violencia como los registrados en días pasados y por lo cual, tienen mayor riesgo en el desempeño de sus funciones.
Así encontré que un agente del ministerio público (encargado de integrar las carpetas de investigación sobre los delitos y sus responsables), tiene un sueldo promedio de 21 mil pesos mensuales; un auxiliar del MP, 13 mil pesos mensuales; un perito (encargado de procesar evidencias en distintas materias), 17 mil pesos mensuales; un comandante regional de la Policía Ministerial 34 mil pesos mensuales; un jefe de grupo 15 mil pesos mensuales y un agente de investigación de la Policía Ministerial, 13 mil pesos mensuales, es decir los 7 mil pesos quincenales que se refiere Sergio Contreras en su reflexión.
Estos últimos puestos dentro de la PGJE son los policías que salen a la calle a realizar las investigaciones con la eventual confrontación con delincuentes, ósea, lo que más arriesgan sus vidas.
Ahora bien, también investigué que en promedio, la canasta básica (productos y servicios mínimos necesarios para la subsistencia de una familia) en Baja California Sur ronda los mil 100 peso semanales, es decir 4 mil 400 pesos mensuales, en tanto que el precio de las rentas promedio de casas de interés social o departamentos ronda de los 8 mil a los 12 mil pesos mensuales.
Para quien gana 13 mil pesos mensuales, queda claro que no le alcanza para lo más mínimo para subsistir, pero a sus compañeros que ganan un poco más tampoco tienen un sueldo digno para tener una buena calidad de vida.
La bronca de los bajos sueldos cuando hablamos de instituciones relacionadas a la seguridad o la procuración de justicia, es que no solamente se podría contar con trabajadores con bajo rendimiento.
Un policía o personal de seguridad o procuración de justicia mal pagado es más proclive a la corrupción.
Y no hay ente más corruptor que la delincuencia organizada.
Concluyo con una anécdota:
Hace varios años en la zona norte del estado fue acribillado y muerto uno de esos criminales que se les denomina “el dueño de la plaza”. Entre sus ropas se encontró un papel.
Se trataba de un oficio interno de la PGJE donde se informaba de los operativos interinstitucionales que se realizarían en la zona contra el narcomenudeo.
Quedaba claro que alguien dentro de la PGJE trabajaba para él.
Una estrategia para blindar la seguridad de Baja California Sur tendría que pasar por mejorar los salarios del personal de la PGJE y de todas las instituciones de seguridad del estado.