En Baja California Sur tenemos un gobierno reprobado en cuanto la aprobación ciudadana.
Pero por el otro lado, una oposición borrada que no ha sabido capitalizar el descontento con el gobierno de Víctor Castro y Morena.
En recientes entregas de su espacio de opinión Tecla 7/6, el periodista David Rojo da cuenta de las mediciones hechas por las casas encuestadoras Robrum y Mitovsky al desempeño de los gobernadores del país, entre ellos, el de Baja California sur, Víctor Castro.
En el caso de Robrum, coloca al primer gobernador morenista del estado en el lugar 28 del ranking de los32 gobernadores evaluados.
Es decir en los últimos lugares, con una porcentaje de aprobación de 4.45, donde la máxima calificación es 9.
David Rojo, da más datos:
– De octubre de 2024 a agosto de 2025, solo en noviembre de 2024 Víctor pasó de “panzaso” son un 6.04.
– En seguridad obtuvo una calificación de 3.92.
– En cercanía social, 4.47.
– En transporte público 5.14.
– En transparencia 4.45.
Con mitovsky no le fue mejor:
– Aprobación, 45.7%.
– Último lugar de los 11 gobernadores de la zona pacífico.
-Lugar 15 entre los gobernadores morenistas.
Reprobado por donde se le vea.
Ahora bien, en una sucesión como la que se vivirá en Baja California Sur en 2027, los candidatos del partido en el poder tienen en el buen desempeño de sus antecesores la más grande ventaja y oportunidad para salir a campaña a convencer al votante de la continuidad del proyecto.
Caso contrario, cuando lo que se tiene como se vislumbra para Baja California Sur, es un antecesor reprobado, se convierte en un lastre para los candidatos oficialistas que en campaña encuentran reclamos y se exponen al voto de castigo del ciudadano.
Es en este escenario donde la oposición con un discurso de contraste encuentra la gran oportunidad de convencer al electora de componer el camino y hacer mejor las cosas.
Es decir, con el panorama que pinta para Baja California Sur con el mal desempeño y la evaluación al gobierno de Víctor Castro, la oposición debería estar con viento en popa en el ánimo ciudadano para competir con un proyecto sólido en 2027.
Pero en Baja California Sur no se ve por donde.
Ni PAN, ni PRI, ni PRD, ni Movimiento Ciudadano han sabido capitalizar el descontento ciudadano con el gobierno de Morena.
No hay liderazgos, ni cuadros políticos que emocionen.
En el caso del PAN que desde la presidencia de Rigo Mares ha asumido más su rol de oposición en el discurso, no ha sabido abanderar los temas que han surgido desde la ciudadanía en la defensa del patrimonio público y se les ve distantes.
No se ha consolidado un proyecto con una agenda común entre sus liderazgos y cuadros que tienen cargos de diputados locales o federal, en el senado y menos en los cabildos, donde en Los Cabos y La Paz ni siquiera asumen su rol de oposición.
Pero sobre todo, no hay un cuadro político que emocione.
El PRI estatal es un cascaron donde por parte de la militancia se reconoce a aquellos que no han abandonado el barco como la mayoría de sus otrora “líderes”, pero que en el caso de la dirigencia de Fabrizio del Castillo ha abandonado por completo su rol de oposición y responsable de la estructuración del partido.
Con la penosa postal que la toma de protesta de la nueva dirigencia del tricolor en Los Cabos, se realizó sin trascendencia política en La Paz para no exponerse a una foto vacia.
Del PRD que en lo local conservó su registro, no se tiene noticias desde 2024.
Y Movimiento Ciudadano que encabeza por el momento Ernesto Altamirano, y que es el partido con mayor oportunidad de capitalizar el descontento con el gobierno morenista y a su vez la falta de opciones y oferta de proyecto del PAN, el PRI y el PRD; pareciera que realizan un experimento social en Baja California Sur convocando a personajes controversiales de pasadas administraciones y lo que no ha encontrado cabida en la 4T sudcaliforniana, o de plano se han “caído” de ahí.
Los personajes exhibidos en fechas recientes que se entiende encabezarían candidaturas del movimiento naranja en el estado, han hecho que ciudadanos de bien interesados en participar en política desde MC, se lo piensen dos veces antes de exhibirse al lado de ellos.
Así ese 60% de sudcalifornianos que no están conformes con el primer gobierno morenista en Baja California Sur, tampoco tienen para 2027 una opción que los represente.
Eso deja la puerta abierta para que la oposición y quien capitalice el descontento social con el gobierno de Morena sea uno de sus propios aliados y aunque Morena perdiera el estado, el “movimiento de la cuarta transformación”, lo conservaría.
Con un gobierno reprobado.
Una oposición borrada.
El “ganón” puede ser un aliado.