Como sabes, en la administración municipal que fuiste regidor, estaba propuesto para ser el jefe de gabinete.
El ofrecimiento inicial era la dirección de Comunicación Social, pero por obvias razones no podía aceptar por el conflicto de interés que suponía ser familiar del director y socio de un medio de comunicación.
Pero la verdad, es que tampoco me interesaba.
Había un espacio que me llamaba más la atención: jefe de gabinete.
La intención era emular un modelo implementado en los gobiernos locales de Estados Unidos y algunos municipios de avanzada en México como San Pedro Garza, denominado “city manager”, aunque no en su extensa responsabilidad, si no en lo más útil para el funcionamiento de un gobierno: coordinar a los directores de las distintas áreas de la administración pública municipal y dar seguimiento a la operatividad del gobierno.
Ahora bien, se supone que el Secretario General también debe apoyarte en el manejo del gabinete y el cumplimiento del Plan de Desarrollo Municipal, pero en los hechos te darás cuenta que eso no es así.
La agenda del secretario general con sus 16 facultades que marca la ley y las acciones extra que en los hechos realiza, tiene su agenda full.
Entonces al final nadie coordina a los directores generales, cada uno hace lo que quiere, puede o entiende y en la mayoría de ocasiones, su agenda personal no va alineada a la del alcalde.
En la presente administración municipal, a propuesta del Presidente se creó en el organigrama la figura de jefe de gabinete, sin embargo no se creó una estructura que pueda auxiliar tan importante labor, ni quedaron plenamente delimitadas sus funciones y facultades, es decir “no se le dio dientes”.
En una visión personal, basada en lo que he visto de las administraciones municipales, cuando en una gira de trabajo en campo o una audiencia o evento público, los ciudadanos se acercan al alcalde para solicitarle alguna pequeña obra o apoyo y el presidente en ese momento gira instrucciones al director que deberá dar solución al tema, el funcionario acata la orden y atiende a la persona, pero en los hechos muy pocas veces el compromiso hecho por el alcalde, se cumple.
Lo mismo para reuniones de alto nivel con inversionistas y desarrolladores.
Y es que cuando estés en una gira de trabajo, evento público o junta de trabajo, rodeado de tus directores, en ese momento tú eres el jefe, todos se cuadrarán y siempre tendrás respuestas positivas a tus instrucciones.
La bronca es que cuando ese director que diste una instrucción, regresa a su oficina, él es el jefe y tiene su propia agenda.
Si bien te va, delegará en algún subordinado tu instrucción y es muy posible que tu compromiso con el ciudadano, no se cumpla.
En el evento o audiencia, el ciudadano se va contento y agradecido con el alcalde por recibir la atención, pero al paso de los días, meses u años años que el compromiso no es cumplido, el agradecimiento inicial se torna en decepción e inconformidad con el gobierno y sobre todo, con el alcalde.
Ahí entraría una de las responsabilidades más importantes de un jefe de gabinete: dar seguimiento al cumplimiento de tus compromisos con cada uno de los directores de área.
Que ninguno de tus compromisos con la ciudadanía de a pie o empresarios, quede sin cumplir, además de generarte una buena percepción de tu gobierno, es altamente rentable políticamente.
Otra gran área de oportunidad que puede apoyarte un jefe de gabinete es el seguimiento de tu Plan de Desarrollo Municipal, coordinando a cada uno de los directores para que cada uno cumpla con su responsabilidad en el plan y así los indicadores que miden organismos como el Observatorio Ciudadano, se mantengan en verde, es decir, aprobados.
Y lo más importante, dar seguimiento en el día a día de las responsabilidades más importantes de cualquier gobierno municipal: los servicios públicos, el agua potable y alcantarillado, la seguridad pública y las obras públicas, principalmente.
Es decir, la percepción de un gobierno exitoso.
Por ello, para un buen jefe de gabinete busca a alguien con un perfil de experiencia en la iniciativa privada, un ejecutivo que sepa trabajar en base a planes, te ayude a delimitar estrategias y de seguimiento a tareas para lograr resultados. Algo así como los gerentes de las empresas.
Alguien además con suficiente carácter y destreza para manejar los egos de los directores.
Mañana escribiré otro de los temas torales que enfrenta un presidente municipal de Los Cabos: la relación con la iniciativa privada.