Con la reciente aprobación de un “nuevo impuesto” de 42 dólares a los pasajeros que lleguen a cruceros a los puertos mexicanos, el sector empresarial turístico manifestó su aprobación con este cobro que había sido congelado durante décadas, pero se argumentó que el recurso debe permanecer en los destinos.
El representante del Consejo Nacional Empresarial Turístico México (CNET) en Baja California Sur, Mauricio Salicrup, detalló que uno de los argumentos para no aprobar esta reforma es el impacto al turista pero no estiman afectación si se realiza de una manera correcta, sin costos elevados y beneficiando a los sitios donde llega el recurso.
“Consideramos que sí deben de pagar por bajarse y hacer uso de las instalaciones. Aquí en Los Cabos tenemos el derecho al saneamiento ambiental y nunca dijimos que afectaría al turismo, lo que creemos está mal calculado es el cómo reviven el aprovechamiento y con un cobro muy exagerado, el pagar 42 dólares está muy alto”, explicó.
Salicrup hizo hincapié en que otro punto en el que no están de acuerdo es que los recursos obtenidos por medio de este impuesto, que en pesos mexicanos ronda los 860 por persona, es que se destinen a la federación, en este caso a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“Vamos a poner el caso de cabo san lucas, imaginemos que los cruceristas pagaran por descender del barco que se me hace lo más justo, y que ese dinero se quede para la infraestructura turística de los muelles y la zona turística de Los Cabos, habría el recurso suficiente para mantener el lugar como todos exigimos que esté”, señaló.
Aunque hay consenso de algunos sectores con este nuevo impuesto que es una realidad, algunos otros como la industria naviera han expresado su rechazo por el aumento de costos, que en Cabo San Lucas consideran sería “excesivamente caro”.