Hoy la pregunta va para los choyeros, los nativos de Los Cabos:
¿Si allá por 1982 cuando entró en operaciones la planta de tratamiento de aguas residuales de Fonatur en San José del Cabo, hubieran sabido que la infraestructura en dos décadas destruiría el equilibrio ecológico del estero, lo hubieran permitido?.
Por su puesto que la obra era necesaria, pero de tener el conocimiento que se tiene hoy sobre las repercusiones de la planta de tratamiento al estero, ¿no hubieran preferido que se instalara en otra zona?.
Se trató entonces de una decisión centralista, desde escritorios de la Ciudad de México para dar certidumbre al proyecto del centro integral turístico de Los Cabos.
Hoy nuevamente una decisión centralista desde escritorios de la Ciudad de México se planea la construcción de una central de producción de energía eléctrica de combustión interna que supone una afectación a la calidad del aire en el municipio, principalmente Cabo San Lucas, donde será instalada.
Y la bronca a veces no es en sí el plan original de las infraestructuras con potencial contaminante, si no la deformación en los hechos de su uso y abuso.
En el caso de la planta de tratamiento de Fonatur, fue creada para procesar una capacidad de 250 litros por segundo, pero al crecimiento urbano de San José del Cabo y en la comodidad de los tres niveles de gobierno no se construyeron más alternativas para el tratamiento de aguas negras y hoy la planta procesa más del doble de su capacidad, con el alarmante resultado que la planta vierte al estero 300 litros por segundo de aguas residuales al cuerpo de agua del estero.
En el caso de la planta de energía de combustión interna se plantea su operación sea con gas natural, es decir en teoría, el combustible menos contaminante, sin embargo se deja abierta la ventana para que en casos de emergencia opere con diesel, el combustible más contaminante.
Para no correr el riesgo, que por apatía, comodidad o interés de la autoridad, se terminara usando más diesel que gas natural en la planata de energía, así como por comodidad de los tres niveles de gobierno no se construyeron más alternativas para el tratamiento de aguas negras…
¿No sería mejor si de una vez se plantea al Gobierno Federal otras alternativas de energías limpias como la eólica o la solar para la planta de energía que proyecta para Los Cabos?.
Tenemos en Claudia Sheinbaum una presidenta que se ha asumido como ecologista, seguramente si se le plantea lo entenderá y más si se le comparte que el 63% del turismo que llega a Los Cabos realiza actividades relacionadas a la naturaleza y que grupos ecologistas como CERCA han advertido que una planta de combustión interna afectaría la calidad del aire del destino para las actividades al aire libre.
Pero hay una diferencia sustancial entre las dos plantas, la de tratamiento de aguas y la de generación de energía eléctrica:
La planta de tratamiento se instaló en un estero prístino, sin ningún tipo de afectación por contaminación.
La planta de combustión interna se instalaría en un panorama donde ya calidad de aire de Los Cabos está afectada por la alta carga vehicular y la extracción de materiales para construcción; y últimamente por los incontrolables incendios en basureros y rellenos sanitarios, que significan hasta 20 mil toneladas de emisiones contaminantes anuales, según los estudios en la materia del Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental.
Incluso, de acuerdo a los mismos estudios, la calidad del aire de Los Cabos ya es más baja o tiene mayor contaminación que La Paz, y eso que en la capital del estado ya opera una planta de energía de combustión interna.
Es decir, una planta de combustión interna vendría a agravar una situación de la calidad del aire de Los Cabos, que ya es hoy por hoy, el municipio con mayor contaminación del aire en Baja California Sur.
El presidente municipal Christian Agúndez al ser cuestionado sobre la posibilidad de contaminación que significa la planta de combustión interna atajó señalando que es un proyecto de la presidenta a Claudia Sheinbaum, como si por ello, el proyecto fuera incuestionable.
La primera responsabilidad de un presidente municipal y del propio Ayuntamiento, es representar los intereses de sus gobernados, incluso ante el pacto de la federación, por eso son estados y municipios autónomos, pero además también es facultad del presidente municipal y del Ayuntamiento, gestionar ante los otros dos niveles de gobierno representando los intereses de su municipio.
Y regreso con los choyeros:
Si vale la pena luchar por defender un camino costero.
Si vale la pena defender una playa tradicional como Palmilla.
Si vale la pena oponerse a una desviación de una carretera panorámica.
Si vale la pena luchar por la recuperación de lo que queda del estero.
¿No vale la pena luchar por mantener la calidad del aire para sus hijos, nietos y demás descendencia?.
Foto: Causa Natura.
