Traición, Ingratitud y ambición.
“Si se encariña uno con un gatito, imagínate con una regiduria” RM
Son dos personajes que fueron gobernador, alcalde, diputado federal, dirigente de su partido a nivel nacional y local, reintentaron ganar elecciones en candidaturas con partidos políticos distintos al que los forjó sin tener éxito y aun así hoy gozan de privilegios, de poder político y sobre todo de toma de decisiones.
Iniciaron en la medianía social y hoy los señalan como beneficiarios de grandes fortunas amasadas desde el ejercicio del poder.
La traición, ingratitud y la ambición los ha marcado en toda su carrera política, escalada al precio que fuera, incluyendo el señalamiento y enfrentamientos entre sus propios apellidos para lograr sus objetivos.
Su dinastía familiar continua en los escenarios públicos, sin dejar de lado los escándalos, enfrentamientos y riñas que han tenido consecuencias mortales sin medir consecuencias ni encontrar responsables.
Esta consanguineidad familiar y política, tan conflictiva y exhibida por los dos personajes solo ratifican que los integrantes de sus familias viven de los beneficios que su participación política, les otorgan, algunos los señalan y afirman que pasarán a la historia de la vida pública como una pesadilla recurrente que se resiste a desaparecer, que cuando ya crees que han terminado y no estarán más en el escenario político surgen de nuevo.
Analistas políticos, periodistas con información y “otros datos” los enmarcan como un clan que en algún momento oscuro, asaltó el poder estatal provocando graves daños y convertirse en barricada infranqueable para otros proyectos que no se disciplinan a sus intereses y a quienes no estén dispuestos a acatar sus reglas y condiciones.
Aunque estos dos parientes tomaron rumbos políticos grupales distintos no se desviaron en el fin; los privilegios, bienestar y satisfacciones que da el poder. A uno lo llevo a estar en medios de litigios y ser detenido, el otro desde las ligas mayores de la política nacional disfruta su decisión de haber escogido el grupo político que le da poder y estabilidad. Los dos no pierden oportunidad de exhibir su autoridad política y presumir pertenecía y liderazgo en proyectos de aspirantes a cargo de elección popular.
Después de todo el historial, del linaje y autoridad de su ADN y sus circunstancias familiares parece increíble la pretensión de continuar como clan político haciendo presencia en espacios que son negados a otras caras y a otros apellidos, aún cuando en sus sexenios existe una cauda de pendientes en diversos temas y muchas dudas ligadas a la mala administración de recursos públicos, además de diversos escándalos por presunta corrupción en los dos sexenios en que tuvieron la responsabilidad de administrar el estado.
Al parecer así seguirán, como sucede en otros estados de la República, haciendo realidad las coincidencias, donde la traición, ingratitud y la ambición marcan carreras políticas.
Sería un acto de sanidad política el terminar con la pesadilla de esta mala historia familiar de los Moreira, independientemente de partidos y de elecciones; sencillamente por salud pública, Coahuila lo merece.
Ánimo !!!
