A nivel nacional en las últimas semanas ha dominado la conversación pública la muerte del PRI por la reelección de Alito Moreno en la dirigencia nacional.
En Baja California Sur el “tricolor” murió en el 2021 por los malos liderazgos y la apatía de quienes se dicen sus militantes.
Para muestra un botón.
A principios de este mes, se circuló a nivel nacional entre líderes de sectores, presidentes y ex presidentes estatales y nacionales priistas un documento para fijar postura por la intención de reelección de Alejandro Moreno Cárdenas.
De Baja California Sur, sólo dos firmaron: el ex gobernador Guillermo Mercado y el ex presidente, Jesús Flores.
En grupos de mensajeros instantáneos y en mesas de café, todos -excepto Frabizio del Castillo y su camarilla- se pronunciaron en contra de la reelección de Alito, pero cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo público, prefirieron “evitar la fatiga”.
Y esa ha sido la constante del priismo sudcalifornianos desde el 2021.
Después de perder la última elección real de participación priista en Baja California Sur, la campaña por la Presidencia Municipal de La Paz con Ricardo Barroso, el priismo sudcaliforniano se desvaneció.
El propio equipo de campaña de Barroso Agramont del 2021, para el 2024 varios ya activaron por otros partidos e incluso desde Morena, con quien fuera su rival en la última elección, Milena Quiroga; como los casos de Conrado Mendoza y el ex candidato priista a la misma alcaldía, Axel Sotelo; mientras que otros personajes como Joel Vargas se pintó de naranja con Movimiento Ciudadano.
Y Abimael Ibarra -incondicional de Barroso- quien logró una regiduría en 2021, al no ser beneficiado por una candidatura se convirtió en el más acérrimo milenista en 2024.
Pero el mismo Ricardo Barroso -quien había sido el más importante liderazgo priista en una década- por inconformidad que hizo pública, no activó por los candidatos de la candidatura común Juntos por BCS.
Y aunque antes de iniciar la campaña el propio Alito le dio la cartera de dirigente del Movimiento Territorial del PRI en el estado, en los hechos en la campaña se le recuerda más por sus declaraciones en espacios radiofónicos contra las dirigencias del PRI y el PAN y los propios candidatos de la alianza opositora.
Entonces desde 2021 el liderazgo del PRI en el estado lo asumió Fabrizio del Castillo Miranda.
En la campaña de 2021, se le recuerda por no hacer nada.
Sus resultados electorales son peores.
Cuando asumió la dirigencia el PRI conservaba dos diputaciones locales, para 2024 el PRI sólo tendrá un diputado local por el principio de representación proporcional… la de él.
En los cabildos de los cinco municipios, tenía dos regidurías en Loreto, para 2024 sólo una síndicatura en Mulegé.
De los más de 70 espacios de representación popular que “se repartieron” en candidatura común el PAN-PRI-PRD, Frabrizio sólo logró 9 para el “tricolor”.
El único priista que ganó en 2024, fue él. Mientras los priistas que quedan callan apáticos.
La modificación al estatuto que permitiría la reelección de Alito también permitiría la reelección de Fabrizio.
Del Castillo Miranda aparece aplaudiendo en las fotos y videos que han circulado de la asamblea donde Alito marcó la ruta de su reelección.
Fabrizio tiene a sus allegados en los órganos de gobierno del PRI estatal, es decir, él los controla.
Además es el único que decide el destino de los 4 millones de pesos anuales de prerrogativas.
En 2025 termina su periodo.
Sin un sólo priista que le haga sombra, ser parte de los incondicionales de alito y sobre todo un priismo sudcaliforniano con osteoporosis, nada impediría su reelección.
En pasada entrega cuestionaba si se debía dejar morir al PRI a manos de Alito Moreno, cuando el PRI será una de las poquísimas llaves para candidaturas opositoras en 2027 y 2030.
En BCS, el PRI tiene muerto 3 años.
¿Alguien lo quiere revivir?.
