Elección de delegados… fantasía de democracia

Luego de las declaraciones del secretario general Alberto Rentería Santana donde aseguraba que la elección de delegados en el proceso plebiscitario en Los Cabos se daría con total transparencia y equidad, el primero de noviembre escribí en mis redes sociales con dejo de mofa:

“Rentería ante candidatas… les aseguramos que va a ganar de manera transparente quien diga el alcalde”. Refiriéndome a la elección de delegada en Cabo San Lucas.

Los pronósticos se cumplieron y el domingo la que siempre se manejó a “vox populi” como la candidata que gozaba de las mayores simpatías del Presidente Municipal, Karina de la O, se alzó con el triunfo.

Hay que recordar que Karina de la O fue de las principales operadoras políticas del PT y del hoy alcalde, Christian Agúndez, desde el periodo de pre pre campaña del pasado proceso electoral local, donde incluso se le relacionó como una de las voces del audio filtrado, donde presuntamente se desnudaba una supuesta operación de manipulación de encuestas. Méritos políticos tenía.

Si hay algo que salvar en el proceso de Cabo San Lucas concluido el pasado domingo, es que en esta ocasión se dio la participación exclusiva de mujeres que contendieron para el cargo, pero tampoco se trató de un reconocimiento por parte de la autoridad hacia la participación efectiva de las mujeres, si no resultado del cumplimiento de una sentencia promovida por mujeres.

Y es que, desde que inicié mis pininos en el periodismo, durante el gobierno de Luis Armando Díaz, he sido testigo de la regla no escrita que el delegado de Cabo San Lucas, a pesar de que se “elige democráticamente” a través de un plebiscito, en los hechos “gana” quien goza de la mayor simpatía del presidente o presidenta en turno, sin importar el color partidista del gobierno.

Decía Porfirio Díaz que las elecciones las ganan los que cuentan los votos y en el caso del plebiscito sanluqueño, en los hechos se cumple, ya que es una comisión del Cabildo, donde siempre hay mayoría del o la presidenta municipal en turno y el propio Gobierno Municipal quienes organizan el ejercicio y cuentan los votos.

Esto a pesar de que en esta ocasión la Ley Electoral del estado preveía que la elección de delegados a petición de los Ayuntamientos, las podría organizar el Instituto Estatal Electoral, lo cual no sucedió.

Además, como buena elección, los ejercicios plebiscitarios para designar al delegado o delegada de Cabo San Lucas se ha caracterizado más que por el convencimiento del votante, por la compra de consciencias, principalmente en colonias populares a través de despensas, material de construcción y en el colmo del aprovechamiento de la política de la necesidad humana… hasta agua en pipas.

Por otro lado, al solo ser un delegado, con muy limitadas facultades ejecutivas por la ley, sino más bien de gestión y vigilancia y sin presupuesto, como lo han dejado claro en múltiples ocasiones delegados que terminan peleados con sus alcaldes, más que ejercer un liderazgo gubernamental, andan como la “muñeca fea” de Cri-Cri, “llorando en los rincones” por que el alcalde ya nos los pela y se les cancela cualquier posibilidad de gestión y de respuesta a los ciudadanos.

Adicional a ello, electoralmente es un ejercicio intrascendente, ya que de un padrón electoral de más de 100 mil ciudadanos, los delegados de Cabo San Lucas son electos por un promedio de 10 mil, al grado que la propia Karina de la O, apenas juntó 5 mil y tantos votos.

Incluso se ha dado el caso de quienes participan sin ser los favoritos, son vapuleados en el plebiscito, pero en otra elección como favoritos del alcalde en turno, ganan.

Y si al final, el delegado de Cabo San Lucas es el que dice el alcalde, ¿para que destinar recursos públicos a una simulación de democracia?. ¿Por qué no mejor en un ejercicio de verdad transparente, lo nombra el o la alcaldesa en turno?. Y lo mismo para los demás delegados.

Y siendo prácticos, qué bueno que los delegados los nombre directamente el alcalde en turno, por que son delegados, ¿para qué le sirve al propio ciudadano que el delegado sea contrario al alcalde?.

Los ejercicios en ese sentido ya se han vivido y como siempre en la política, cuando dos autoridades no son afines, el que “paga el pato” es el pueblo.

Entonces el único que se sirve del cargo de delegado de Cabo San Lucas, es el propio político que lo usa como trampolín para aspirar a otros escenarios de representación popular.

Me atrevo a pensar que el tema se repite en todas las delegaciones de los cinco municipios del estado.

Sin duda un tema a valorar por el Congreso del Estado de mayoría morenista y cuyo pilar es la austeridad en los gobiernos.

¿O seguimos con la fantasía de democracia?.

Ángel Mora Rojo
Ángel Mora Rojo
Reportero, periodista de investigación, analista y asesor en estrategias de comunicación. Creo en la comunicación como medio para prevenir y resolver cualquier conflicto y en el periodismo y la información como la más poderosa herramienta para conformar una sociedad moderna, incluyente y democrática y sobre todo contra cualquier tipo de abuso de poder público o privado. NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS.

Artículos similares

Comentarios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Más populares