La problemática del “acoso” de los prestadores de servicios turísticos hacia las ballenas en la bahía de Cabo San Lucas, continúa. Este fin de semana, HOY BCS logró captar al menos 10 embarcaciones que perseguían a un ballenato y a su madre sin respetar los límites de distancia.
Sin haber una vigilancia en el momento, los prestadores de servicios turísticos han hecho del acoso a los ejemplares una práctica común.
De acuerdo a la NOM-131-SEMARNAT-2010 las embarcaciones que realicen actividades de avistamiento de ballenas sin tener autorización deben de respetar una distancia mínima de 240 metros y sólo pueden permanecer un número de 4 embarcaciones en torno a una misma ballena o un grupo de ballenas.
Acorde a la dimensión de la embarcación y el permiso, la distancia para realizar el avistamiento cambia, en el caso de las embarcaciones menores deben de respetar una distancia de 60 metros y de 80 metros para las medianas y mayores.
Sin embargo, los lineamientos establecidos por la autoridad no son respetados por las embarcaciones, este sábado un aproximado de 10 embarcaciones de todas las dimensiones se encontraban a escasos metros de una ballena y su cría en las inmediaciones del arco de Cabo San Lucas.
Por más de media hora, las embarcaciones siguieron en una distancia de aproximadamente medio kilómetro a una ballena y su cría, la cual estaba haciendo piruetas en el agua y llamando la atención de embarcaciones que ofrecen sólo paseos al arco de Cabo San Lucas.
De diciembre a abril, las ballenas migran hacia Baja California Sur para dar a luz a sus ballenatos en las cálidas aguas del Golfo de California y el Océano Pácifico, al ser especies recién nacidas son extremadamente sensibles y la contaminación auditiva que generan las embarcaciones representa un problema para la especie.
El buzo e integrante de la Red Nacional de Asistencia a Ballenas Enmalladas (RABEN), Oscar Ortiz ha explicado en distintas ocasiones que el ruido bajo el mar es 7 veces mayor al de las superficie, por lo que, el ruido que sienten las ballenas se puede ejemplificar como si una persona se metiera a una habitación con mil licuadoras prendidas.