El diputado federal del PAN, Francisco Pelayo Covarrubias, hizo un pronunciamiento en contra de la Ley General de Aguas promovida por la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum, y que ya fue aprobada en lo general en la Cámara de Diputados.
“Hoy levanto la voz porque la nueva Ley de Aguas no es una corrección… es una trampa”, advirtió Pelayo.
“Lo digo como hijo del campo: esta ley no está pensada para quienes trabajan la tierra. Nos quita lo más sagrado: la certeza sobre el agua que usamos para producir, rompiendo el equilibrio que sostiene al campo mexicano: tierra, agua y alimento”, añadió.
Con 328 votos a favor, 131 en contra y cinco abstenciones, Morena y sus aliados políticos, Partido Verde y Partido del Trabajo, aprobaron esta ley, alegando que con ello pondrán fin al abuso de las concesiones y a la sobreexplotación.
Recalcan que se acabará el acaparamiento y crearán una Registro Público Nacional del Agua, accesible para dar transparencia y terminar con los manejos opacos.
Pero el legislador federal de Baja California Sur acusó que esta ley fue hecha desde un escritorio, sin caminar los ranchos, sin conocer los pozos y sin escuchar a productores.
“Quieren controlar todo desde el centro y, peor aún, prohibir lo que por años nos ha permitido salir adelante: acuerdos entre productores, transmisiones, reubicaciones y ajustes de volumen”, dijo.
“Eso no es corrupción. Eso es lo que ha mantenido vivos nuestros valles, nuestras cosechas y las economías locales”, agregó.
La discusión para su votación en lo particular continuará, es en este sentido en el que Pelayo denuncia que hay riesgos para el campo y para los productores sudcalifornianos.
“Por eso defendí que los derechos de agua puedan transmitirse dentro del mismo distrito o cuenca, sin exceder el volumen concesionado y manteniendo el mismo uso. El campo no necesita trabas ni desconfianza: necesita certeza, respeto y que el agua permanezca en manos de quienes la trabajan todos los días”, concluyó.



