Hermosillo, Son.– El dolor y la indignación se hicieron presentes en las calles de Hermosillo, donde organizaciones civiles, vecinos, amigos y familiares de Margarita y sus tres hijas, Meredith, Medelin y Karla, víctimas de un multifeminicidio ocurrido el pasado 3 de julio, protagonizaron una marcha para exigir justicia y frenar la violencia contra las mujeres y la infancia en Sonora.
La movilización inició a las 6:00 de la tarde frente a la Universidad de Sonora (Unison), encabezada por familiares de víctimas de feminicidio. Con pancartas en mano y consignas como “Ni perdón ni olvido” y “Los niños no se tocan”, los asistentes recorrieron las calles de la ciudad hasta llegar al Palacio de Gobierno estatal, donde realizaron un pronunciamiento público.
Antes de iniciar la caminata, los manifestantes guardaron un minuto de silencio en memoria de Margarita y sus hijas, cuyos asesinatos han conmocionado a la sociedad sonorense por su brutalidad.
De acuerdo con la investigación oficial, el presunto responsable, Jesús Antonio “N”, pareja sentimental de Margarita, fue detenido y procesado el pasado 8 de julio por feminicidio agravado y homicidio infantil.
Las indagatorias establecieron que el crimen ocurrió la noche del 3 de julio, cuando el sujeto presuntamente disparó contra Margarita y abandonó su cuerpo en la vía pública. Al día siguiente, el cadáver fue localizado por transeúntes.
Posteriormente, a unos siete kilómetros de distancia, el agresor habría disparado también contra las tres menores, cuyos cuerpos fueron hallados dos días después por integrantes del colectivo Buscadoras por la Paz Sonora, quienes reportaron el hallazgo en redes sociales.
La marcha de este lunes reflejó no solo el dolor profundo de una comunidad herida, sino también la creciente demanda de acciones urgentes y efectivas por parte del Estado para detener la escalada de violencia de género e infantil que azota la región.
Diversas organizaciones feministas y defensoras de derechos humanos exigieron mayor protección para mujeres y niñas, así como castigo ejemplar para los responsables de crímenes de odio que, como este, dejan un vacío irreparable en las familias y comunidades.
Con velas encendidas, flores y consignas, Hermosillo alzó la voz por Margarita, Meredith, Medelin y Karla. Porque, como expresaron en la protesta: “El silencio ya no es opción cuando nos están matando”.