La Paz.-A pesar de que la Organización de las Naciones Unidad ha advertido a nivel mundial del riesgo que significa para los ecosistemas costeros la extracción de arena de playa, por daños a la biodiversidad e incluso por riesgos de inundaciones y contaminación de acuíferos, desde el 2016 en la playa Punta Arena, perteneciente a la subdelegación de Los Planes, se extraen miles de sacos de arena con base a una concesión otorgada por la Semarnat al ex director de la Junta Estatal de Caminos, en el sexenio de Narciso Agúndez, José Cota Cota, quien falleció en el 2021.
En 2018 la propia autoridad ambiental había clausurado la concesión por realizar la extracción en una zona diferente a la autorizada y por afectar la zona de anidación de tortugas.
Sin embargo, a pesar de que el propio título de concesión DGFZ-501/12 expedido el 29 de marzo del 2012 establece como causa de extinción del mismo, la muerte del titular, desde noviembre de 2023 un particular que sería familiar directo del finado continúa con la explotación de la arena, extrayendo más de 500 costales diarios, alrededor de 20 toneladas.
LA CONCESIÓN
De acuerdo a documentos públicos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en poder de HOY BCS, el 29 de marzo de 2012, la dependencia federal aprobó la concesión DGFZ-501/12 en favor de José Cota Cota teniendo como objeto de la misma la “protección” en una superficie de 8 mil 61.47 metros cuadrados de zona federal marítimo terrestre en la playa Punta Arena de San Juan de los Planes “lo cual únicamente le permite realizar los actos materiales y/o jurídicos necesarios para mantener la superficie concesionada en el estado natural en que se encuentra al momento de concesionarse, así como el libre tránsito a través de la misma”.
En el mismo documento se estableció en el capítulo IV que una de las causales de extinción de dicha concesión era la muerte del titular.
Por otro lado, el 29 de marzo de 2016, la delegación de la Semarnat en Baja California Sur, cuyo titular era José Carlos Cota Uzuna otorgó a José Cota Cota una modificación a las bases de su título de concesión con la que se le autorizaba la “extracción selectiva de 2 mil metros cúbicos anuales, a razón de 160 metros cúbicos al mes o 40 metros cúbicos a la semana de arena de playa de la zona ubicada en el extremo sureste de la bahía La Ventana, durante un periodo de 10 años, con un total de 20 mil metros cúbicos”.
“En la superficie concesionada se llevarán a cabo actividades de cribado preliminar de la arena con el propósito de seleccionar y extraer únicamente las de tamaño mayor a 2 milímetros de diámetro; los trabajos serán de forma artesanal mediante el empleo de palas, mallas metálicas para cribar (separar) y costales de nylon con capacidad de 40 kilos”.
En enero de 2020, en el sitio de Internet México Ambiental se publicó que a principios de septiembre de 2018, después de certificar que había incumplido “los términos y condicionantes de la autorización de impacto ambiental otorgada” y que la explotación se había hecho en una zona diferente a la autorizada, afectando a la anidación de tortugas, según un comunicado oficial, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente ( Profepa) clausuró la concesión que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) le había dado a José Cota Cota para extraer 2,000 m3 de arena al año en una zona determinada de la playa.
De acuerdo a la información lograda por HOY BCS José Cota Cota falleció en 2021, lo que como se menciona en párrafos anteriores, de acuerdo al titulo de concesión es una de las causas de extinción de la concesión, es decir, quedaba invalidado y sin efecto y en ninguna parte del documento habla de la transmisión de los derechos de la concesión a familiares u otros particulares por herencia.
Aún así, el 22 de noviembre del presente año, un particular presentó ante la delegación de la Profepa una carta donde notificaba que continuaría con los trabajos de extracción tutelados en la concesión DGFZ-501/12 de José Cota Cota.
LA OPERACIÓN DE LA EXTRACCIÓN
Con base a la información obtenida, a pesar de que la concesión para la extracción de arena en la playa Punta Arena quedó sin efecto por el fallecimiento del particular, en las últimas semanas después de la notificación a Profepa, particulares han trabajado en la extracción del material mineral con palas.
Los trabajadores llenan costales de arena que son cargados en una camioneta tipo pick up, que a su vez los lleva hasta un camión de carga tipo plataforma en los que la arena es llevada con rumbo desconocido.
Se contabiliza que el camión realiza al día al menos dos viajes, con un total aproximado de 560 costales, en tanto que en el último viaje el pick up también va cargado con al menos otros 70 costales.
Tomando en cuenta que la modificación a las bases de la concesión estipula que la extracción del material sería en costales con capacidad de 40 kilos, como los que se observan en las fotografías que ilustren este trabajo; diariamente los particulares estarían extrayendo 25 mil 200 kilos, unas 25 toneladas.
EL RIESGO DE LA EXTRACCIÓN DE ARENA
Según la ONU, la demanda mundial de arena y grava, que asciende a unos cincuenta mil millones de toneladas cada año, es un gran contaminante y provoca inundaciones, en unos casos, o el agotamiento de los acuíferos en otros, y hasta contribuye a empeorar las sequías.
Se advierte además que es una causa directa de la erosión e impacta la vida silvestre local. Varios animales dependen de playas arenosas para anidar, y la minería ha llevado a la casi extinción de Gavial3 (una especie de cocodrilo) en la India. La alteración de la arena submarina y costera causa turbidez en el agua, lo cual es dañino para organismos como el coral que necesitan luz solar. También puede destruir las pesquerías, perjudicando financieramente a sus operadores.
“La extracción de arena en lugares en los que desempeña un papel activo, como en los ríos y en los ecosistemas costeros o marinos, puede provocar la erosión, la salinización de los acuíferos, la pérdida de protección contra las mareas de tempestad y el deterioro de la biodiversidad, lo que supone una amenaza para los distintos medios de subsistencia, entre ellos el abastecimiento de agua, la producción de alimentos, la pesca o la industria del turismo”, señala PNUMA.
