Ayer en este espacio de opinión escribí sobre lo innecesario del plebiscito para elegir delegado de Cabo San Lucas, por que como regla no escrita siempre “gana” el favorito del alcalde en turno, además del fracaso que significa en términos electorales por que menos del 10% del padrón participa, por lo que el ejercicio terminaba siendo una fantasía de democracia.
Escribimos para generar reflexión y opinión, por lo que en redes sociales tuve una interesante retroalimentación a mi texto.
Se planteó que, para evitar esta democracia simulada, el camino era que de una vez por todas que Cabo San Lucas se convirtiera en el sexto municipio de Baja California Sur.
Como en diversas ocasiones que se me ha planteado el tema, comenté que la independencia de Cabo San Lucas como municipio libre y soberano, pasaba por resolver antes que nada la crisis de falta de agua, por que al momento de ser otro municipio, se cerraría para Cabo San Lucas la llave de los acueductos que llevan el vital líquido de los acuíferos de San José y de la zona norte del municipio a Cabo San Lucas, por lo que el sexto municipio se quedaría sólo con el agua del propio acuífero, una desalinizadora que medio funciona y lo que abone la nueva desalinizadora, que tardará en iniciar funciones por lo menos dos años.
Entonces vino el comentario que me hizo reflexionar:
“Si hay agua en Cabo San Lucas, si no, ¿de donde sacan agua las pipas que las venden en las colonias?.
En un ejercicio retrospectivo, me remití a las aseveraciones hechas por el ex alcalde Oscar Leggs que desde el inicio de su gobierno dijo que en Cabo San Lucas si había agua y durante su administración se inició la exploración de al menos 4 pozos, que al término de su mandato no terminaron por resolver el desabasto de agua en la delegación municipal.
Entonces ¿hay agua o no hay agua en Cabo San Lucas?.
Si nos remitimos a la información disponible en el Plan Municipal de Desarrollo 2021-2021, la respuesta es no, al exhibir que el acuífero de Cabo San Lucas tiene un déficit de 14.4 millones de metros cúbicos anuales, por que de una recarga media anual de 2.7 millones de metros cúbicos, se extraen 5.08 millones concesionados y 9 .8 millones pendientes de titulación y/o registro.
Además el mismo documento revela que en el 2020, el 11% de las viviendas regulares, es decir que no están en zonas de invasión, no tenía red de agua, lo cual con el crecimiento acelerado que ha enfrentado el Cabo San Lucas en los últimos 4 años, se ha de haber incrementado.
También reconfirmé que la mayoría de los pozos de Cabo San Lucas, se abastecen de los acueductos que viene de la cabecera municipal.
Los datos reafirmaban mi teoría: “no hay agua en Cabo San Lucas y si quieren un sexto municipio, tienen que resolver lo del agua”, dije para mis adentros.
Sin embargo, de redes sociales vino otro acicate para seguir reflexionando sobre lo del agua.
La ex directora de Atención Ciudadana y ex candidata a delegada de Cabo San Lucas, Dina Araiza, publicó un post donde informaba a propios y extraños que ante el desempleo burocrático, sería la administradora del negocio de pipas de agua de su esposo, un ex empleado de Protección Civil Municipal; compartiendo animosa que “como buena emprendedora” los servicios de agua en pipa estaban al 2×1 ese día.
Desconocía que la ex funcionaria de la XIV Administración Municipal ahora era parte del lucrativo “negocio de la sed” en Cabo San Lucas.
Entonces, también recordé la gran operación de pipas de agua particulares que se hacían en su momento en el pozo 4 de Cabo San Lucas, que se denunció en diario impreso donde trabajaba en 2019, donde se descubrió, que el dinero por la venta de agua a las pipas ni siquiera ingresaba a las arcas del Organismo Operador Municipal de Saneamiento Agua Potable y Alcantarillado de Los Cabos, que tenía concesión del pozo.
Tomé el teléfono y pregunte a funcionarios y ex funcionarios, ¿qué otros funcionarios y ex funcionarios tienen pipas para vender agua a la ciudadanía?.
Los nombres comenzaron a surgir y el primero en la lista fue el director estatal de transporte, Martín Salinas, también saltó el actual delegado, Raymundo Zamora, la ex coordinadora de Participación Ciudadana, Gabriela Carrillo, la mencionada y comprobada Dina Araiza y hasta la recién electa delegada, Karina de la O; además se me dijo de un pozo que explotan en los terrenos del presunto fraude de vivienda de Los Zalates, cuya agua se vende a los propios presuntos defraudados.
Y esos nada más son los funcionarios y ex funcionarios públicos que salieron a botepronto en el ejercicio, falta conocer todos los particulares que participan del negocio.
Tal vez entonces a eso se refería en su toma de protesta como Presidente Municipal Christian Agúndez, cuando con contundencia aseveró que se acabaría el negocio de las pipas; tal vez él tenía esa información de que el agua está en manos de unos pocos y pretendía ordenarlo para con ello dar respuesta al desabasto que le ha estallado al inicio de su gobierno con protestas ciudadanas.
Propuesta que fue parada en seco en el mismo acto por el gobernador Víctor Castro, quien con amenaza de por medio dijo que mejor los empresarios le entraran al quite con pipas de agua y quien no lo hiciera, “los iba a exhibir”.
Mi teoría, comenzó a tambalear.
Parece ser que si hay agua, pero en manos de unos pocos.
Que el alcalde cumpla su compromiso de su toma de protesta.
Que acabe de una vez por todas con el negocio de la sed.