En los últimos días ha permeado la movilización y la organización de pescadores de Santa Rosalía ante lo que considera un abuso y un atropello: un desplome en el precio del kilo del calamar, situación que obligó a productores de la zona y sus alrededores a parar las embarcaciones y salir a las calles a protestar.
Aunque en esta semana se confirmó que han aceptado, bajo protesta, el vender el kilo de calamar a 10 pesos, el acuerdo entre particulares y pescadores deja un aire de victoria agridulce.
En el arranque de la temporada, el precio del calamar estaba en 15 pesos, según narran pescadores de Santa Rosalía, San Lucas, San Bruno y Heroica Mulegé.
Con el paso de los días el precio de venta a empresas intermediarias fue disminuyendo, primero quedó en 11 pesos, luego en 10 pesos y por último en 8 pesos. Esta situación los obligó a levantar la voz y salir a las calles a protestar, asegurando que no pararía hasta que el precio subiera a 15 pesos por kilo.
Autoridades del Gobierno del Estado han expuesto que el desplome del precio se debe a efectos de la ley de la oferta y la demanda, ya que el producto debe trasladarse hasta Ensenada, Baja California.
Además, señala el titular de la Secretaría de Pesca, José Alfredo Bermúdez Beltrán, que la competencia en entidades como Sonora cuenta con otros mecanismos que mejoran el escenario para elevar el precio del calamar.
No obstante, hay representantes populares como el diputado federal, Manuel Cota Cárdenas, que identifican un monopolio en las concesiones del calamar, situación que estaría afectando directamente al precio del producto que se extrae en Santa Rosalía y sus alrededores.
Por ahora la movilización ha cesado y se ha abierto el acceso al mar para que permisionarios y pescadores libres regresen a producción, esto tras más de 10 días en paro, sin embargo, sin una intervención efectiva que ayude a esclarecer públicamente el escenario del control de la compra y venta de calamar, no se puede garantizar que esta lucha no resurja en próximas temporadas.
Lo que siempre se puede rescatar como un avance es la organización ciudadana, que los pescadores libres de Mulegé recuerden que el poder reside en la voluntad de cambiar las cosas y que sin ellos, simplemente no hay movilización de una de las actividades económicas más importantes de Baja California Sur.