El 3 de septiembre, en el icónico Angel de la Independencia de la Ciudad de México, al recibir la estafeta del PAN, PRI y PRD para ser su abanderada a la Presidencia de la República en las elecciones del próximo año, Xóchitl Gálvez hizo un compromiso con todos los mexicanos que en su equipo no habrá “ni huevones, ni rateros, ni pendejos”.
La frase y promesa que sin duda marcarán la campaña del Frente Amplio por México debió escucharse fuerte y claro en todos los rincones del país, incluido Baja California Sur.
La expresión lanzada por la senadora de cuna indígena fue leído por propios y extraños como un llamado a las dirigencias de los tres partidos a nivel nacional y en los estados a cuidar los perfiles de quienes abanderen el resto de las candidaturas federales y locales en el país.
“Ni huevones, ni rateros, ni pendejos”, busca contrastar con lo que se ha dibujado del equipo de trabajo, los funcionarios y representantes populares de la Cuarta Transformación, ya que muchos han sido exhibidos y criticados por su falta de capacidad, conocimiento y honestidad en su desempeño como servidores públicos y sobre todo con la máxima dictada por el propio Andrés Manuel López Obrador al definir su gabinete “90% honestidad y 10% inteligencia”.
La frase no es ociosa, busca blindar las candidaturas del Frente Opositor contra las críticas que pudiera haber desde el aparato de estado que se observa usarán Morena y sus aliados.
La misma candidatura de Xóchilt obedece a la misma fórmula, porque candidatos como Santiago Creel, Enrique de la Madrid y Beatriz Paredes serían fáciles de alinear en la narrativa del candidato ideal de oposición para la 4T; todos salidos de las cúpulas del poder, con relaciones familiares o políticas con pasajes negros de la historia reciente de México.
Por eso, se trata de presentar ahora sí, a los mejores perfiles del PAN, PRI, PRD y de la sociedad civil, porque en el país y Baja California Sur no faltaron los personajes políticos de siempre que al ver en Xóchitl Gálvez una opción viable de competencia en la oposición, se activaron en búsqueda de candidaturas, que antes de la irrupción de la senadora hidalguense, parecía que podría declararse “desiertas” por la falta de interés de participar e incluso algunos comenzaban a activar por el movimiento cuatro teísta.
De nada servirá a Xóchilt Gálvez en Baja California Sur salir a campaña con los de siempre.
Por ello, PAN, PRI y PRD en Baja California Sur deben hoy más que nunca cuidar los perfiles de las mujeres y hombres que participarán como candidatos en 2024, incluso desde la coordinación de la propia campaña del Frente.
Quienes tengan la intención de apoyar en el estado la campaña de Xóchitl Gálvez, deberán ser muy generosos y conscientes de sus propios pasados; si ya participaron como servidores públicos y su cuestionable desempeño puede ser usado por la 4T para confirmar su narrativa de la oposición corrupta o de privilegios, pueden servir más apoyando desde atrás, incluso en el convencimiento de familiares y vecinos de salir a votar, no desde una candidatura.
Tampoco se vale disfrazarse de ciudadano cuando se arrastra una historia partidista.
Deben ser muy conscientes que el tipo de elector que podría votar por Xóchitl Gálvez son ciudadanos informados que no emiten su voto en bloque; son ciudadanos que valoran perfiles y propuestas.
Es decir, si piensan que la “ola” de Xóchilt será tan grande para subirse y ganar una elección local, como la “ola” de Andrés Manuel López Obrador llevó a ganar a verdaderos impresentables en el 2018, están equivocados.
Los ciudadanos observarán de cada uno pasados, propuestas y capacidades.
Los sudcalifornianos que se han sumado al llamado de oposición al régimen cuatroteista, que encarna Xóchitl Gálvez, esperan ver en su campaña local que no haya “Ni huevones, ni rateros, ni pendejos”.
