Por: Angel Mora Rojo
En su campaña presidencial 2017-2018, Andrés Manuel López Obrador acuño la frase de “cuarta transformación” para referirse a su movimiento político para lograr un cambio de régimen en México.
De acuerdo a su narrativa, la primera transformación del país fue la Independencia de México de España, la segunda el periodo conocido como La Reforma (cuando se dio la separación de la iglesia del estado) y la tercera la Revolución Mexicana.
La suya, de acuerdo a la misma narrativa sería la cuarta transformación en base “a la revolución de las conciencias”, es decir, una transformación del país desde el convencimiento, sin el uso de las armas, tomando en cuenta que las otras tres transformaciones en México, fueron derivadas de guerras.
En 2018 fui invitado a colaborar en el primer gobierno emanado de Morena y la “4T” en Los Cabos (aunque finalmente decliné).
De 2005 a 2012 fui simpatizante de Andrés Manuel, (lo simpatizante que se puede ser desde el periodismo), pero para el 2018 su movimiento sumó personajes que considero impresentables y para su última campaña ya no tuvo mi voto, por lo que para el momento de la citada invitación, estaba desactualizado en torno a su movimiento político.
Para poder conocer a bien la ideología de Morena, consulté sus documentos básicos y busqué diálogos e información con quienes organizan los denominados “círculos de estudio” de Morena.
Desde ese momento me percaté que Morena no era un partido común, más bien tenía muchas similitudes a un culto religioso.
La figura de Andrés Manuel era mesiánica, no hablaban de una ideología política ni de izquierda, ni de derecha, si no de la palabra de un líder conocedor de todo problema del país y salvador de la patria.
En un paralelismo meramente ilustrativo, así como todo buen miembro de las iglesias comúnmente conocidas como “cristianas” cada domingo lleva casa por casa “la palabra de Dios”; quien se ostente morenista debe llevar casa por casa la palabra Andrés Manuel a través de la revista Regeneración.
Tal vez por eso, cuando se hace una crítica contra Andrés Manuel López Obrador, la base morenista -los de a de veras- reaccionan como si se ofendiera a la divinidad propia de su vida espiritual.
Un día cuestioné a uno de ellos, mi visión que la propuesta política de nación que presentaba Andrés Manuel para su gobierno tenía muchas similitudes al modelo estabilizador y el modelo de desarrollo compartido, implementados en México de los 50´s a los 70´s que fracasaron por el exceso en el gasto público y el endeudamiento del país.
Pregunté si finalmente el proyecto de Andrés Manuel también fracasaba y llevaba al país a peores escenarios, ellos como fundadores de Morena estaban dispuestos a asumir su papel en la historia como parte de esa hipotética destrucción del país; la repuesta fue un simple “sí”.
Lo que más me llamó la atención en los diálogos, es que para mis interlocutores, todo lo que existía en el país estaba podrido o corrupto y tenía que ser “transformado”. Pero poco a poco me di cuenta que en sus palabras se dibujaba una utopía refundacionista del país.
La Real Academia de la Lengua define transformar como “Hacer cambiar de forma a alguien o algo”.
En contraste refundar lo define como “Volver a fundar algo”; y en una segunda acepción “Revisar la marcha de una entidad o institución, para hacerla volver a sus principios originales o para adaptar estos a los nuevos tiempos”.
A seis años del gobierno de la Cuarta Transformación en México, hemos sido testigos de primera mano del desmantelamiento de las instituciones en México, incluyendo el sometimiento del Poder Legislativo y los órganos electorales. Van por el sometimiento del Poder Judicial y la destrucción de la democracia al desconocer la pluralidad y equilibrio de las fuerzas políticas en las cámaras de Senadores y Diputados.
Entonces pareciera que no se trata de transformar o cambiar para mejorar el país, si no de refundar.
Y no se puede refundar algo sin antes destruir lo que existe.
Tomando en cuenta que lo que el régimen que se destruye para refundar el país es una república democrática, la historia nos marca que en los hechos hay solo otros dos caminos paralelos que se pueden tomar: la monarquía o la dictadura, en sus distintas modalidades de cada una.
En ambos casos todo el poder del estado se concentra en una sola persona o partido hegemónico.
Nada de todo el poder al “pueblo sabio”.
Para la reflexión.
[…] En la entrega anterior de este espacio de opinión planteaba que, en base a los hechos registrados durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador la llamada “cuarta transformación” parecía más la primera refundación de México. (https://hoybcs.com/para-la-reflexion-cuarta-transformacion-o-primera-refundacion/). […]