Pescadores ribereñas de la costa del Pacífico en el municipio de Comondú protestaron en contra de las restricciones impuestas por un estudio para determinar las causas de la mortandad de la tortuga amarilla.
Fidencio Higuera, representante de las y los pescadores del Golfo de Ulloa, señaló que iniciaron este estudio con una embarcación de una ONG extranjera en colaboración con la Secretaría de Marina (Semar) sin tomar en cuenta a las y los productores de esta extensa zona de Baja California Sur.
“Es una problemática que se viene dando desde hace muchos meses con relación a las y los pescadores del Golfo de Ulloa, representa desde Cabo San Lázaro hasta Punta Abreojos”, precisó.
“Con distintas afectaciones, entre ellas una colaboración con el barco Sea Shepard con la Semar en la que se pretende la conservación de la tortuga amarilla en el Golfo de Ulloa, un documento o un convenio que fue impuesto por el Gobierno Federal sin tomar en cuenta a los pescadores ribereños del Golfo Ulloa”, reiteró.
En búsqueda de una audiencia con el gobernador del estado, Víctor Castro Cosío, denunciaron que se trata de una imposición que está afectando a más de 2 mil pescadores que habitan en esta zona.
Entre las restricciones señalan que les impiden entrar a determinados sectores marítimos, incluso les privan de extraer ciertas especies y reducen las medidas de las artes de pesca que utilizan.
Hicieron hincapié en que están de acuerdo con la conservación, pero no con la imposición de autoridades.
“Derivado de que existen distintos estudios que arrojan que no es el pescador ribereño el culpable, que el verdadero culpable de esto son cuestiones climatológicas como el cambio de temperatura en el Golfo de Ulloa”, enfatizaron.
“No es una ONG nacional, es extranjera y conflictiva con los pescadores. No queremos que esta embarcación entre a interrumpir en la pesca del Golfo de Ulloa”, agregaron.
Las y los manifestantes recalcaron que desde hace una década que iniciaron las investigaciones por la mortandad de tortugas, se dejó en claro que los pescadores ribereños se mueven en embarcaciones pequeñas que no se ven involucradas en este fenómeno.
A pesar de que han denunciado la presencia de embarcaciones de gran calado, las autoridades federales, estatales y municipales no han intervenido.
“Las embarcaciones mayores son por barcos camaroneros, que también tenemos una problemática con ellos pero curiosamente esta organización pretende entrar en la vigilancia o la conservación de la tortuga cuando estas altas embarcaciones pescan en diferentes épocas donde no se va a hacer el estudio”, señalan.
Exigen al gobernador que esta asociación extranjera quede fuera de Golfo de Ulloa y que, si se van a hacer estudios, se realicen por medio de instituciones mexicanas y por toda la ciudadanía de este sector.