La Paz, B.C.S. – Después de años de incertidumbre y crecimiento desordenado, la comunidad pesquera de Puerto Chale se prepara para iniciar una nueva etapa: el reordenamiento urbano de la localidad. Este avance, resultado del diálogo entre autoridades municipales, el ejido Ley Federal de Aguas No. 5 y la propia comunidad, permitirá dar certeza jurídica sobre el patrimonio de cientos de familias, muchas de ellas asentadas desde hace décadas en condiciones irregulares.
El anuncio fue hecho por el secretario general del XVIII Ayuntamiento de La Paz, Abimael Ibarra Abúndez, quien calificó el consenso alcanzado como un hecho histórico para la comunidad y un legado trascendental de la actual administración que encabeza la alcaldesa Milena Quiroga Romero.
“Puerto Chale ha enfrentado durante años un desarrollo urbano fragmentado. El 80% de sus habitantes están asentados en terrenos irregulares, lo que ha generado un entorno de callejones sin salida, lotes mal distribuidos y falta de acceso a servicios básicos. Hoy, por primera vez, hay una ruta clara hacia el orden y el bienestar colectivo”, expresó Ibarra.
El proceso de regularización no ha sido sencillo. Las mesas de trabajo incluyeron la participación activa de pobladores, representantes ejidales y autoridades agrarias. Tras múltiples reuniones, se logró el acuerdo para reubicar a las familias en espacios que cumplan con criterios técnicos y legales, abriendo paso a calles trazadas correctamente, espacios públicos dignos y lotes acordes al crecimiento futuro.
El secretario municipal agradeció públicamente la disposición del Ejido Ley Federal de Aguas No. 5, representado por su comisariado Nicolás Mejía, así como el acompañamiento de la Procuraduría Agraria y autoridades locales, subdelegaciones y enlaces comunitarios.
Más allá de la planeación urbana, el reordenamiento tiene un impacto profundamente social y humano: representa la posibilidad de acceder a servicios, seguridad patrimonial, infraestructura básica y, en el mediano plazo, oportunidades turísticas y económicas para una zona rica en belleza natural, pero históricamente relegada.
“Lo más valioso ha sido la voluntad de la gente. Había mucho miedo al cambio, pero hoy la comunidad entendió que este es un paso hacia una mejor calidad de vida. Con este consenso, Puerto Chale podrá soñar con un desarrollo ordenado, con calles que conectan y hogares que se reconocen legalmente”, añadió Ibarra Abúndez.
El caso de Puerto Chale se convierte así en un ejemplo de cómo el diálogo social, la voluntad política y el trabajo conjunto entre comunidad y gobierno pueden dar solución a problemas que durante años parecían imposibles de resolver. Ahora, comienza la tarea de transformar ese acuerdo en realidad palpable.