En las últimas dos entregas en este espacio de opinión he abordado la crisis del PRI a nivel nacional y local por la posible y eventual reelección de presidentes nacional y locales.
El punto central es señalar que el PRI como partido, ante la realidad política del país, con Morena como partido hegemónico, será de los muy pocos espacios que se tendrá en el 2027 y 2030 para presentar candidaturas reales de oposición.
Creo que con tantos datos, no me di entender.
Hoy seré breve.
Ayer señalaba con argumentos que el PRI en Baja California Sur “está muerto desde el 2021”, varios comentaron con ironía que “El PRI está más vivo que nunca, pero camuflados”.
Se refieren a que quienes se identificaron en un momento como priistas en el estado, hoy están vivos políticamente en otros partidos, principalmente en Morena.
Es cierto los “priistas” en su mayoría gozan de cabal salud política.
Pero contrario a lo que se señala, que los partidos políticos “son la gente que los conforma”, los partidos políticos como instituciones, no son las personas que por convicción o interés, los integran.
Por eso los partidos tienen personalidad jurídica y sobre todo electoral.
Si se van todos los priistas, el PRI seguirá teniendo esa personalidad.
Que quienes han militado y se han servido del PRI, por cambios ideológicos, berrinche o mero interés personal o de grupo, se vayan, es lo mejor.
Y que los priistas que queden, asuman su responsabilidad como oposición, no permitan que su partido quede en manos de personajes que con hechos y acciones ha generado dudas razonables en torno a sus intereses ligados al partido en el Gobierno.
Para la oposición sin partido, la propia sociedad y la democracia nacional, sería una tragedia que uno de los pocos espacios políticos para generar candidaturas de oposición en los próximos procesos electorales, estén en manos de quienes pareciera sirven los intereses del partido en el poder.
Los partidos políticos son fondeados por los impuestos de todos los mexicanos.
Constitucionalmente su función es garantizar la participación político-electoral de los ciudadanos y ser contrapesos al poder.
El PRI no es de los priistas, es de todos los ciudadanos.
Que se vayan los priistas, pero que dejen al PRI para hacer oposición.
