Lastima.
El corazón partido en dos: la realidad, el recuerdo.
Ya partido el corazón en dos, todavía se le entierra la espada del desdén.
Sin consecuencias.
Sin responsables.
¿Te acuerdas cabeño?, es el encabezado de Tecla 7/6 este jueves 18 de julio.
Tenías cabeño un espejo de agua azul. Había lanchas, familias disfrutando, los amigos brindando o de pinta.
¿Te acuerdas de ese lugar mágico frente a palacio municipal, ahí en San José del Cabo?
No queda nada.
Ni la palabra del gobernante ha hecho huella en la recuperación de tan fantástico lugar.
Las escuelas enviaban a los pequeños a saludar a la naturaleza.
El médico Hugo Payén nos contagia del aquel recuerdo con aquellas convivencias y “caldazos” cuando jóvenes.
A principios de los 90s todavía había un muellecito al pie de lo que era el restaurant de aquel hotel Presidente.
El corazón está partido en dos por la espada oficial: la mentira y el olvido.
–¿Te acuerdas cabeño?
–¿Recuerdas aquel lugar mágico?
Al destruirse el hábitat de la Mascarita Peninsular no sólo se mata, se extingue, a una hija de Baja California Sur. Se destruye un mágico espacio familiar, aquí mismo en Los Cabos, tan urgido este lugar al final de la tierra –o su inicio—de referencias que potencialicen el sentido de pertenecía.
Se te ha partido en dos el corazón cabeño. Se te entierra la espada de la falacia con eso que hay ingresos para Saneamiento Ambiental pero nada se hace por sanear y ambientar buenos gobiernos. Tu mágico lugar…en el recuerdo. La realidad lo exhibe impactado por escurrimientos de aguas negras y el lirio al que finalmente se le dejó que se expandiera por todo el lugar.
Se te partió en dos el corazón cabeño. Con todo y cinco mil empleados municipales.
–¿Te acuerdas cabeño?
La memoria es sacudida por la realidad.
Ya no hay ese espacio espectacular para la niñez.
Ya no hay ese espacio mágico para las familias.
Ya no hay ese hábitat para la Mascarita Peninsular.
Ya no hay esas jornadas de “caldazos”.
¿Y qué se le muestra con orgullo al visitante?
Acaso, ¿el corazón partido en dos del cabeño?
Ofende la estampa actual del estero de San José del Cabo.
Ofende en un trienio más la expresión de Saneamiento Ambiental, ahora con el derecho que pagan huéspedes en centros de hospedaje por su visita a Los Cabos.
Así de esas.
Antes no se pagaba por Saneamiento Ambiental y los cabeños tenían un lugar bello. De plena convivencia social.
Hoy se impone la contradicción.
Lo falaz.
¿Te acuerdas cabeño?
¿Te acuerdas de ese espejo de agua dulce?
¿Te acuerdas cabeño de tu niñez, padres, abuelos, en ese lugar mágico?
Que el recuerdo no se quede en ti.
Sácalo.
Une tu corazón partido.
Sacude al recuerdo.
Y móntalo sobre la realidad que lastima.
¡Que, chingaos!
¡Vamos por el estero!