Por: Angel Mora Rojo
En la pasada entrega de este ejercicio de opinión, exponía el extraordinario caso de Celia Roldan Ibarra, una mujer emigrante de la CDMX y habitante de la zona de invasión de la colonia El Caribe de Cabo San Lucas, en ese mismo asentamiento humano que, con nada más que su voluntad y algunos apoyos ciudadanos y de la iniciativa privada, en 8 años ha logrado conformar una escuela tipo Conafe llamada “Todo por la Niñez” para dar oportunidad de desarrollo a niñas y niños en las condiciones de más alta condición de vulnerabilidad y marginación.
Una esperanza de desarrollo a quienes no tienen ninguna.
La escuelita atendida por 7 mujeres, incluyendo Celia, está levantada sobre piso de tierra con palos, tablas, láminas de cartón y madera y con una lona de techo, donde incluso a los menores se les dota de las dos comidas más importantes del día que se cocinan en estufas de leña.
Si no lo leíste, te dejo el link, vale la pena, hace reflexionar sobre el papel de la voluntad ciudadana: https://hoybcs.com/todo-por-la-ninez-la-voluntad-ciudadana-contra-el-discurso-politico/.
Felizmente a raíz de la publicación, miembros de la iniciativa privada y la sociedad civil organizada, al conocer del caso alzaron la mano para ayudar a mejoras las condiciones de la misma escuela, de su personal y sobre todo, de las niñas y niñas que asisten.
El ejemplo de vida de Celia, prendió la llama de la solidaridad que siempre está presente entre ciudadanos.
Así, ha habido ofrecimientos de todo tipo de apoyos, desde materiales educativos, despensas para las comidas de los menores, pago de salarios del personal, hasta construcción de aulas y un juguetón para que los pequeños tengan un regale en las muy cercanas navidades.
Y lo más importante: ya se está viendo lo de la regularización del predio donde se encuentra la escuelita, tan necesario para que de manera legal “Todo por la Niñez” pueda recibir donativos de fundaciones y la sociedad civil organizada.
E incluso habría la posibilidad de reubicar la institución a un mejor terreno, con mejores condiciones de seguridad para los pequeños y que además prendió la ilusión de la propia Celia de abrir una guardería que tanta falta hace en una zona donde los niños quedan solos en sus casas de cartón todo el día por que sus papás tienen que salir a buscar el sustento familiar.
Aunque por el momento, todo son buenas intenciones, estoy seguro que por quienes se han pronunciado, se convertirán en compromisos que poco a poco mejoren sustancialmente las condiciones de “Todo por la niñez”.
La ciudadanía y la iniciativa privada cabeña, siempre solidaria, respondió.
¿Saben quienes no respondieron?, nuestra clase política.
El texto personalmente se lo compartí a gobernantes, legisladores, regidores y funcionarios públicos.
Ni una palabra.
Esos que sin importar el color partidista hablan y prometen hasta el hastío acciones para mejorar la calidad de vida de quienes menos tienen, que se pronuncian a favor de la niñez y más aún de los niños pobres.
Los que devengan salarios mensuales hasta de seis cifras y que manejan los miles de millones de pesos del erario, es decir del dinero que aportamos todos los ciudadanos.
De ellos, ni un acercamiento a Celia, ni un compromiso.
En el mismo texto que escribía en la pasada entrega de este ejercicio de opinión, señalaba que Celia es un ejemplo de que la voluntad de los ciudadanos en muchas ocasiones tiene más impacto en las comunidades marginales que el discurso político.
Es de celebrarse que los ciudadanos a través de la IP y de la sociedad civil organizada alcen la mano solidarios para ayudar.
Pero también sería de celebrarse que esa misma reacción ciudadana se reflejara en la participación política, es decir en revisar las acciones y decisiones de la clase política o incluso en buscar participar en espacios de representación popular para ir saneando y sustituyendo a una clase política que sólo representa sus intereses.
¿Qué hace nuestra clase política, mientras los ciudadanos alzaban la mano para ayudar a “Todo por la niñez?.
El presidente municipal Christian Agúndez sigue en su venganza personal contra su antecesor, Oscar Leggs; mientras el gobernador Víctor Castro manda un “saludo fraterno al segundo”; las senadoras Suzana Zatarain y Lucia Trasviña, enfrascadas en una discusión estéril desde los micrófonos de la máxima tribuna de la nación. Ellos en lo suyo.
Si como ciudadanos nos involucráramos con esa misma intensidad que lo hacemos ante la adversidad y la tragedia, en participar de la vida pública y vigilar a las acciones de las autoridades, esfuerzos como el de Celia ni siquiera serían necesarios por que las necesidades que ella suple, estarían atendidas por los gobiernos.
Hay que dejar de dejar la política en manos de los políticos.
Celia el ejemplo.