Todos Santos marchó.
Marchó el ranchero y el ejidatario.
Marchó el restaurantero y el mesero.
Marchó el comerciante y el empresario.
Marchó el artista y el artesano.
Marchó el músico y el pescador.
Marchó el local y el extranjero.
Marchó el niño, la niña y el anciano.
Se marchó, a pie y se marchó a caballo.
Se alzó la voz.
Con música.
Con arengas.
Con pancartas.
Con mentadas.
Todo para mandar un mensaje claro a autoridades y desarrolladores: EL PALMAR DE TODOS SANTOS SERÁ DEFENDIDO POR TODOS.
Se protestó contra Palmoral y se protestó contra Cabo Santos.
El primero, porque, dicen, pondría en riesgo el palmar y oasis de Todos Santos y el segundo, porque dicen también, es un proyecto demasiado grande que consumiría los recursos del pueblo mágico, principalmente, el agua.
Se marchó contra el Plan de Desarrollo Urbano aprobado por el Ayuntamiento de La Paz y de su alcaldesa reelecta, Milena Quiroga.
Como periodista, me encuentro en la etapa de recopilación y análisis de documentos para determinar en base a ello las posibles afectaciones al medio ambiente y sociales que supondría cada proyecto, incluidas las modificaciones al PDU.
Por lo pronto, es un hecho que hay preocupación de los todo santeños y lo dejaron de manifiesto, en lo que se puede calificar como una fiesta ciudadana por la defensa del patrimonio público.
Y como en el caso del camino costero tradicional a Cabo del Este, la protesta de este sábado debe servir de una gran reflexión para autoridades de los tres niveles de gobierno y de los propios desarrolladores turísticos.
El pueblo está harto.
El pueblo está harto que desde escritorios en la Ciudad de México o de Palacio de Gobierno u oficinas municipales, de un plumazo se cambie la realidad de las comunidades.
El pueblo está harto de que se tuerza la ley o se modifiquen los planes de desarrollo urbano para beneficiar a un desarrollador turísticos.
El pueblo está harto, de que todo se de a sus espaldas, sin consultarle.
El pueblo está harto de encontrar sus caminos y sus playas cerradas, esos que desde sus infancias o a su llegada a esta generosa tierra recorrieron y disfrutaron en libertad.
El pueblo esta harto de que sus autoridades representen los intereses de los particulares, antes de los intereses del pueblo.
El desarrollador puede presentar cualquier proyecto “depredador”, pero es obligación de las autoridades obligarlos a cumplir con la ley, no de torcerla para favorecer al desarrollador.
El pueblo no marcha contra el desarrollo o la inversión.
El pueblo marcha contra el abuso y la falta de transparencia.
Autoridades y desarrolladores deben aprender a socializar sus proyectos, a ser transparentes.
Hoy hay un nuevo despertar social en Baja California Sur.
Sudcalifornianos nativos y adoptivos defenderán su patrimonio.
Todos Santos marchó.