Uruapan, Michoacán.– Una impresionante movilización ciudadana recorrió las principales avenidas de Uruapan el viernes 7 de noviembre, tras el asesinato del alcalde Carlos Manzo Rodríguez.
Diversas fuentes estiman que participaron entre 70 000 y cerca de 100 000 personas, convirtiéndose en una de las protestas más grandes que se han visto en el municipio.
La marcha —convocada por ciudadanos, comerciantes, transportistas, estudiantes y colectivos locales— paralizó actividades en la ciudad: negocios cerraron, estaciones de servicio detuvieron su servicio y un paro general se hizo notar en calles y plazas.
Los participantes vistieron de blanco y portaron sombreros, símbolo de la identidad local, mientras coreaban consignas dirigidas tanto contra el crimen organizado como contra las autoridades estatales y federales. Carteles con los lemas “Justicia para Manzo”, “El Estado lo mató” y “Paz ya” se multiplicaron.
Las imágenes que circularon sobre la movilización mostraron un verdadero “río” de personas, que se extendían por km y no se le vía fin.
La marcha exigió una respuesta clara del gobierno estatal y federal ante el ascenso de la violencia, las extorsiones y la falta de seguridad en Uruapan —ubicado en el corazón de la industria del aguacate y afectado por grupos delictivos. El asesinato del alcalde fue el detonante que abrió la puerta a este estallido social.
Los manifestantes también expresaron su intención de darle un voto de castigo en 2027 a las autoridades que consideran han fallado. El evento deja en evidencia la magnitud del descontento ciudadano frente a la inseguridad, la impunidad y el debilitamiento institucional.


