Tras la visita de Xóchitl Gálvez a Baja California Sur este fin de semana quedó en claro que no existe el Frente Amplio por México en Baja California Sur.
Lo que existe, como ha sido una constante en el estado desde que se conformó la alianza PRI-PAN-PRD, son personajes políticos identificados con algunas de las siglas partidistas que privilegian sus intereses personalísimos por encima de un proyecto político que presente ante la ciudadanía una opción de gobierno de coalición y que represente una alternativa distinta al electorado de los gobiernos de Morena y la Cuarta Transformación.
Esta alianza simulada ya cobró factura en 2021 donde la alianza opositora se quedó sin la gubernatura, sin La Paz y sin Comondú.
Así, la oposición en la visita de la aspirante puntero para alzarse con la candidatura a la Presidencia de la República del Frente Amplio, perdió la gran oportunidad de mostrar ante los sudcalifornianos un proyecto político de coalición unido, consolidado y listo desde Baja California Sur para hacer frente a lo que vendrá en el 2024.
En lugar de ello, cuadros políticos de los tres partidos prefirieron buscar la foto en solitario con Xóchitl y muchos ni siquiera asistieron al evento principal convocado en el Casino Bella Vista y si acaso alguna foto entre algunos cuadros en la salida del restaurante donde desayunó la aspirante presidencial.
Entonces, lo del Bella Vista terminó convertido en un evento panista.
Pasarela de dirigentes, ex candidatos y funcionarios públicos panistas con aspiraciones a espacios para el 2024 (a la sombra de la misma Xóchitl), donde las dirigencias estatales priista y perredista, sólo hicieron acto de presencia.
Lo peor es que las dirigencias de los tres partidos se encargaron de opacar a sus propios cuadros, algunos incluso al grado de no convocar a sus militantes al evento.
De acuerdo a la mayoría de las encuestas de los medios y encuestadoras nacionales, Xóchitl Gálvez lidera por un amplio margen la competencia por la candidatura del Frente Amplio por México y a reserva que suceda una tragedia en su campaña, seguramente será la abanderada del PRI-PAN-PRD para enfrentar a la corcholata ganadora del proceso de Morena y aliados.
No sólo eso, sino que de acuerdo a las mismas mediciones Xóchitl Gálvez representa por primera vez desde el inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador una opción viable y competitiva para pelear al tu por tu la presidencia a los candidatos del Presidente.
Por eso, la visita de Gálvez a Baja California Sur, (que no tuvo agenda en Los Cabos por riesgo a una falta de convocatoria por parte de los dirigentes partidistas) no se trataba de ella, sino del Frente Amplio por México en Baja California Sur.
Los cuadros opositores no entendieron la oportunidad que les daba la inminente candidata de su coalición de mostrar un proyecto político de coalición viable, unido y competitivo para los espacios públicos locales que de disputarán en Baja California Sur en el 2024.
Así, la oposición en Baja California Sur dejó pasar la oportunidad una vez más de capitalizar el descontento social de muchos sudcalifornianos ante los gobiernos emanados de la Cuarta Transformación, tal como les sucedió con las expresiones sociales de la defensa del INE.
Si lo que se vio ayer en Baja California Sur en cuanto a los partidos que integran el Frente, es el mismo escenario que se vive en el resto de las entidades federativas, por más que se tenga una candidata con las mejores credenciales, el triunfo de Xóchitl se ve muy cuesta arriba.
La oportunidad, desperdiciada.
