Este fin de semana se vivió en BCS el “corcholatapalooza”. Simpatizantes de Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, realizaron eventos unos más masivos que otros para promover a sus gallos.
Lo que llamó más la atención es la exposición ya sin rubores de distintos actores públicos que saltaron del barco del PRI, del PAN y del PRD buscando acomodarse en Morena para el 2024.
Los partidos políticos han dejado de ser instituciones que representan una ideología política y se han convertido en meros vehículos para llegar al poder.
Es seguro que los flamantes políticos “chapulines” de Baja California Sur, no tienen ni la más remota idea de las doctrinas políticas de derecha, centro o izquierda, lo único que saben es que no deben “quedar fuera de la foto” por que “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”.
Y entonces la pregunta: Partidos políticos ¿para qué?.
Si quienes ejercen la política en nuestro estado y nuestro país, ya no conocen, ni les importa la ideología de los partidos, ¿Cuál es la justificación de existencia de los mismos?.
Por el otro lado, los partidos opositores a Morena proponen proyectos políticos y gobiernos de coalición; verdaderos “Frankenstein” que terminan gobernando sin ideología política.
Tal vez es momento de una profunda reforma al sistema político mexicano, donde sean los personajes políticos y no los partidos los que compitan por los espacios de elección popular.
Al final son hoy son las expresiones ciudadanas, como las marchas masivas por la defensa del INE y los grupos feministas y no los partidos políticos los que se han conformado como auténticos contrapesos al poder público en manos de Morena y sus aliados.
