La designación de la doctora panista Ana Luisa Guluarte (excandidata a diputada local por la alianza PAN-PRI-PRD en 2021) como secretaria de Salud del Estado en el gobierno del morenista de Víctor Castro, provocó un “agarrón” entre la ex dirigente del Comité Directivo Municipal del PAN de Los Cabos, Alicia Uribe y el ex presidente del Comité Directivo Estatal, Carlos Rochín.
En un grupo de Whatsapp donde participan más de 60 consejeros del partido, la también ex precandidata a la Presidenta Municipal de La Paz y que ha sido “la piedra en el zapato” de las últimas tres dirigencias estatales, comentó:
“Seguimos perdiendo identidad…Si la respetada doctora hubiera pedido permiso para trabajar en el gobierno morenista (desde hace tres años y que hoy por su capacidad y falta de talento de otros la hubieran designado como Secretaria de Salud, motivo de orgullo para nosotros…presumir que una médico panista militante llega a esa honrosa institución… y nos quedemos callados”.
El comentario provocó la intervención de Rochín:
“¿Y a quién le hubiera tenido que pedir permiso? ¿O como por qué?”.
Lo que vino fue una exhibida pública del desconocimiento los estatutos de su partido del personaje que fue mano derecha del último ex gobernador panista del estado, Carlos Mendoza Davis y que por si fuera poco fue dirigente del partido por tres años.
Alicia Uribe compartió que en el artículo 33, sección IV del Reglamento de la Aplicación de Sanciones dentro de los estatutos blanquiazules, se advierte que aceptar un cargo público en gobierno que no sea emanado del PAN y sin contar contar con la autorización del Comité Directivo, es motivo de expulsión.
Ante la quemada; abogado, Rochín acudió a la Constitución e invocó al artículo 5°, donde se estipula que ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión o trabajo que le acomode, siendo lícitos.
A lo que vino un intercambio de opiniones, donde Uribe Figueroa reiteró que lo preocupante es que se esté perdiendo la identidad panista, hasta que Rochín, con dejo de intolerancia, espetó severo:
“Ya váyase a dormir señora”.
¿Y como no iba a defender Rochín a la nueva secretaria de Salud en el gobierno morenista, si él mismo busca la gracia de Morena para obtener una notaría?.
El enfrentamiento lleva a la reflexión:
Carlos Rochín fue el último de los dirigentes estatales panistas, durante los 10 años que su partido tuvo el poder político en Baja California Sur.
El que entregó el poder a Morena y sus aliados.
Un PAN que de nada le sirvió ese poder para crecer y conservar su militancia, ya que de más de 2 mil 500 militantes registrados, en el último proceso interno para renovar la dirigencia, participaron menos de la mitad.
Un PAN que en cuanto perdió el poder del gobierno, se desfondó por que nunca volteó a la ciudadanía para encabezar causas sociales y ganar adeptos a su ideología, sino que se conformó con cachar todo aquel que abandono el barco del PRD y que hoy saltaron gustosos a Morena.
Un PAN que llegó a ganar las 5 alcaldías y las 16 diputaciones por mayoría relativa, y penosamente hoy conserva Mulegé y ni una diputación local por mayoría relativa.
Un PAN que hoy acumula 3 derrotas electorales al hilo.
Un PAN que en la última elección sólo sirvió para asegurar los espacios de sus “vacas sagradas” por la vía plurinominal en el Congreso del Estado y la Diputación Federal y en segunda fórmula en el Senado de la República; así como en los cabildos.
Un PAN que no se le ven trazas ni ganas de querer ser oposición en Baja California Sur; mucho menos de querer ser opción electoral en el 2027 y el 2030 para los sudcalifornianos. Que se toma fotos y celebra las acciones de los gobiernos de Morena.
Un PAN que en los cabildos son comparsa de Morena y aprueban lo que se les ponga enfrente.
Un PAN que por los próximos 3 años al menos, seguirá en manos de los mismos de la última década.
Un PAN que cuando en la elección de 2021, comenzaron a salir actas de casillas físicas con resultados diferentes a las digitalizadas en el PREP, como hoy a Alicia Uribe, mandó a dormir también a los sudcalifornianos que confiaron su voto en la alianza opositora,sin mover un dedo por defender su voto.
Un PAN dormido, arrullado por Morena.