Finalmente se llegó el día.
Este fin de semana fue publicado en el Diario Oficial de la Federación la reforma que somete en los hechos nuevamente el Poder Judicial en su totalidad (no sólo los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación) a quien sea el Presidente de la República y líder político del nuevo partido hegemónico en México, por hoy, Morena.
Con la complicidad voluntaria, involuntaria o por omisión de la oposición partidista que muy poco y nada hicieron para tener mejores resultados en la pasada contienda electoral federal. Que hoy se indigna, lagrimea y grita desde sus curules la imposición de la que son comparsa.
Con la complicidad por miedo, beneficios u omisión de la clase empresarial que en 6 años nunca quisieron ser contrapeso y usar sus recursos para confrontar con la realidad en los medios de comunicación independientes la narrativa que se dictaba desde las mañaneras.
Con la complicidad de los medios de comunicación tradicionales que por conveniencia matizaron, publicaron y difundieron dichos que sabían eran mentiras, sin nunca confrontarlas con la realidad.
Con la complicidad de autoridades electorales del INE y del Tribunal Federal Electoral que dieron la espalda al espíritu democrático que forjó esas instituciones y regalaron la mayoría calificada al oficialismo para que haga lo que quiera con la Constitución.
Así hoy amanecemos con un nuevo México, que se parece mucho a uno viejo que creímos superado, el del partido hegemónico.
El que da y quita, el que pone y dispone “a nombre del pueblo”.
Se traicionó a los padres de la patria, que en el sexenio se usaron hasta lo grotesco y que con su lucha y sacrificio nos heredaron una República y una Constitución Política cuyo pilar eran la división de poderes.
¿Qué dice esa mentada constitución?
Artículo 49: División de Poderes
El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un solo individuo, salvo el caso de facultades extraordinarias al Ejecutivo de la Unión conforme a lo dispuesto en el artículo 29 (que habla de casos excepcionales como guerras o invasiones).
Del Poder Judicial se establece su independencia y sus facultades para interpretar las leyes y defender la Constitución.
En un último intento por evitar el sometimiento del Poder Judicial, se promovieron y ordenaron acciones legales contra la discusión de la Reforma Judicial y posteriormente contra su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
Sin combatirlo en juicio como marca el estado de derecho, el poder Ejecutivo y el Poder Legislativo de mayoría morenista, decidieron simplemente ignorar los mandatos judiciales.
Por el voto popular Morena y aliados ya tenían en control del Poder Ejecutivo; así también por el voto popular controlan la mayoría en ambas cámaras del Poder Legislativo; ahora vía sobre representación regalada por las autoridades electorales al oficialismo, tendrán con su reforma y su voto directo o por tómbola de jueces, magistrados y ministros, el control del Poder Judicial.
Dice la constitución que los Poderes de la Unión “No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación”.
Dice otro libro que me encontré, que se llama Real Academia de la Lengua Española:
Totalitarismo: Doctrina y regímenes políticos, desarrollados durante el siglo XX, en los que el Estado concentra todos los poderes en un partido único y controla coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial (Como cuando en el acto de celebración de la Independencia de todos los mexicanos, se grita “Viva la 4T”).
Regresamos a los tiempos del hiperpresidencialismo.
Como dice la canción infantil de los perritos.
De los tres poderes que tenía, nada más me queda uno.
