Claudia Sheinbaum Obrador… las entrevistas incómodas, negar la realidad

Durante todo su periodo como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y su camino como precandidata de Morena a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum evitó someterse a entrevistas con medios y sobre todo periodistas críticos al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Incluso fue la más obediente de las “corcholatas” de la 4T cuando desde su “mañanera” el Presidente les “tiró línea” para que no acudieran a medios que consideraba contrarios a su movimiento.

En lo local, en su visita a Baja California Sur en su encuentro con reporteros locales, se cuidó que, quienes asistieran al encuentro fueran medios si no afines al Gobierno del Estado y la 4T persé, sí que no representaban cuestionamientos críticos a la aspirante presidencial.

Por ello cuando ayer la hoy candidata a la Presidencia de la República del frente “Sigamos Haciendo Historia” que integran Morena, PT y Partido Verde a nivel federal, se presentó para ser entrevistada por dos de los periodistas que más han sido mencionados por AMLO como “enemigos” de su gobierno y servidores de los grupos de interés creados, Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga, sin aún conocer el contenido de las entrevistas, adelanté una breve reflexión en dos posibles escenarios sobre el simple hecho que la candidata oficialista acudiera a “terreno enemigo” para ser cuestionada:

1.- Claudia mandaba un mensaje de apertura al periodismo crítico, tomando distancia de las formas de su mentor de confrontación contra los medios no alineados a su gobierno y tratando de mostrar un poco de independencia.

2.- Los números no se ven tan alegres para la campaña de la 4T , buscando llegar a un público más informado de clase media, media alta que AMLO había desde el inicio de su gobierno, arrojado a los brazos de la oposición.

Una vez que tuve la oportunidad de ver ambas entrevistas e incluso una tercera que tuvo un día previo con la periodista Denise Maerker, puedo decir que cualquiera, si alguna de las dos anteriores fueron las motivaciones o ambas para que Claudia Sheinbaum se sometiera a verdaderos cuestionamientos en la víspera del arranque de su campaña, en ambos casos no se logró la misión.

Explico:

En el caso de los candidatos presidenciales oficiales, es decir los del partido en el gobierno, es común que en el discurso al menos, el aspirante tome distancia del presidente en turno, destacando el “gran avance” logrado en su administración, pero sobre todo reconociendo que hay problemas en los que no se pudo avanzar e incluso que se tienen que corregir.

Con ello, el candidato logra conectar con el sector del país que “no trae en la bolsa”, la que no se compra con despensas, dádivas o programas sociales auspiciados por el gobierno que representa y que tampoco se ha beneficiado de contratos en obras y proyectos gubernamentales; la población informada, la mentada clase media.

Así lo hizo de manera contundente en 1994 Luis Donaldo Colosio, en su ya mítico discurso de “yo veo un México con hambre y sed de justicia” y tras su asesinato, de manera más mesurada, Ernesto Zedillo tomando distancia de Carlos Salinas; así lo hizo Felipe Calderón en 2006 de Vicente Fox.

Sin embargo en el resumen de ambas entrevistas, de Gómez Leyva y López Dóriga, Claudia no quiso o no pudo deslindarse un ápice de su mentor Andrés Manuel López Obrador.

Ambos la cuestionaron con insistencia, casi como aventándole un salvavidas si estaba de acuerdo en las más polémicas propuestas de reformas constitucionales hechas en pleno proceso electoral por López Obrador, principalmente la reforma al Poder Judicial, donde se propone que magistrados y jueces sean electos por voto popular, así como la reforma electoral, que buscaría que el estado nuevamente asuma las funciones del Instituto Estatal Electoral, lo que ha generado las movilizaciones sociales más grandes del sexenio en defensa de la democracia.

A ello, Sheinbaum Pardo se suscribió a ambas propuestas y sólo “para suavizar”, dijo que aunque ella las apoyaba “estaba dispuesta a su debate”. Y también confirmó que de ser presidenta continuaría con los proyectos que hasta el momento han resultado fallidos del gobierno de AMLO, como el Tren Maya, Dos Bocas, el AIFA, etc; además de apoyar la militarización del país, aunque dijo “que se revisaría donde han funcionado la participación del ejército”.

Pero lo peor para su campaña es que si lo que motivó aceptar las entrevistas era llegar al público informado de la clase media, media alta, quienes la vieron y escucharon de este sector, seguramente reafirmaron su rechazo al movimiento de la Cuarta Transformación, es decir ahora la misma claudia los arrojo “a los brazos de la oposición”.

Y es que Claudia recurrió al mismo recurso que todos los días emplea AMLO ante cuestionamientos sobre su gobierno: negar la realidad.

Al hablar y negar los datos de violencia e inseguridad en México en el gobierno de López Obrador, llegó al desatino de decirle en su cara a una de las víctimas más visibles de dicha violencia precisamente durante su gestión como Jefa de Gobierno de la CDMX, el periodista Ciro Gómez Leyva quien sufrió un intento de homicidio a balazos, que en su gobierno se disminuyó la violencia y la inseguridad en la capital del país.

Sobre la advertencia de la propia autoridad electoral y otras voces que la violencia inhibiría el voto en distintos puntos del país, donde en los hechos el crimen organizado controla todo, dijo “que no sería distinto a 2012 y 2018”, lo que la mostró insensible con las víctimas que sufren la violencia extrema en todo el país.

Los “otros datos” también salieron cuando quiso hablar de los supuestos avances en salud, pero sobre todo cuando quiso justificar objetivos no alcanzados por el gobierno de AMLO, por la pandemia mundial del Covid.

“No hay que olvidar que vivimos una pandemia”, dijo en entrevista con López Dóriga.
“¡Cómo olvidarlo, si hubo más de 300 mil muertos!”, le respondió sarcástico el periodista, sin que se abundara más el tema.

Así finalmente, de las dos entrevistas más incómodas hasta el momento en su carrera a la Presidencia, Claudia Sheibaum en los hechos, quedó igual, no sumó nuevos simpatizantes en la clase media y en las redes se quedó con las bases morenistas.

En la misma jornada, la candidata presidencial atendió entrevistas con El Chapucero, un youtuber 100% cuatroteista; reporteros afines que asisten a la mañanera y cerró con dos periodistas del medio Sin Embargo, que también se ha caracterizado por ser un medio propagandista del obradorato.

Por si había dudas de la continuidad.
Las entrevistas no cambiaron la percepción.
Claudia Sheinbaum Obrador.

Ángel Mora Rojo
Ángel Mora Rojo
Reportero, periodista de investigación, analista y asesor en estrategias de comunicación. Creo en la comunicación como medio para prevenir y resolver cualquier conflicto y en el periodismo y la información como la más poderosa herramienta para conformar una sociedad moderna, incluyente y democrática y sobre todo contra cualquier tipo de abuso de poder público o privado. NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS.

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