La pinche realidad es necia.
La pinche realidad se niega a doblegarse ante el discurso de los políticos.
La pinche realidad no se le cuadra a los otros datos.
La pinche realidad no entiende estadísticas de percepción de seguridad que coloca a Los Cabos y La Paz en el top 10 de las ciudades más seguras de México.
La pinche realidad nos escupe en la cara una zona en Los Cabos con cuatro presuntos hornos crematorios y fosas clandestinas con decenas de cuerpos en La Paz.
La pinche realidad se niega a esconder las desapariciones, cada vez más comunes.
La pinche realidad no ha captado que en Baja California Sur hay un programa que se llama “Ya párale a la violencia”.
La pinche realidad nos estalla en la cara con 14 feminicidios en 2024 (según la Asamblea feminista de Baja California Sur) y 8 si nos circunscribimos a las estadísticas oficiales.
La pinche realidad sigue buscando el cuerpo de Yeimi que fue arrojado al mar en Cabo San Lucas.
La pinche realidad sigue exhibiendo en el tendedero virtual de agresores sexuales a servidores y ex servidores públicos, profesores, médicos y hombres de todos los sectores sociales y económicos abusares sexuales y violadores de niñas, de adolescentes y de mujeres.
La pinche realidad no confía en que los alcaldes, síndicos, regidores y gobernadores representen al pueblo.
La pinche realidad está empeñada en exhibir los contubernios entre políticos y algunos desarrolladores para despojar al pueblo de un camino tradicional, de un estero, de una carretera panorámica.
La pinche realidad no compra el discurso que se acabó la corrupción.
La pinche realidad nos muestra documentos y nos grita que faltan de aclarar 3 mil 200 millones de pesos.
La pinche realidad nos mitotea que para pagar a un artista en un evento privado en La Paz, se usaron 18 millones de pesos de recursos públicos.
La pinche realidad no le ha llegado el memo que la atención salud es ahora mejor que la de Dinamarca.
La pinche realidad hace esperar por horas a los derechohabientes del IMSS para que al final de la espera se les diga que no hay el medicamento que necesitan y el especialista tardará hasta dos meses en atenderlos.
La pinche realidad se resiste a creer que ahora si se mejorará el suministro de agua.
La pinche realidad se ríe cuando en Cabo San Lucas se abre la llave y sale puro aire y hace de la sed un negocio y confabula con piperos para comerciar con la necesidad del vital líquido.
La pinche realidad no se conforma con que le traigan a artistas de talla internacional a las fiestas tradicionales y carnavales.
La pinche realidad nos patea la nariz cuando salimos a la calle y nos recuerda que el camión de la basura no ha pasado en dos o tres semanas.
La pinche realidad nos pone baches en las calles para recordarnos qué hay un gobierno que no está haciendo bien su trabajo.
La pinche realidad no sabe qué el gobierno del estado como nunca ha apoyado al campo sudcaliforniano.
La pinche realidad mata vacas en los ranchos por la falta de alimento a causa de la sequía.
La pinche realidad no se ha enterado que Los Cabos es un destino turístico de primer mundo.
La pinche realidad aprueba desarrollos turísticos e inmobiliarios a diestra y siniestra para crear un caos urbano y de movilidad.
La pinche realidad aprueba edificios de viviendas en cauces de arroyo.
La pinche realidad crea cinturones de miseria y pone a niños a jugar entre cables de diablitos y los hace estudiar en escuelas con techos de lonas recicladas.
LA PINCHE REALIDAD, ES NUESTRA REALIDAD.
UNA REALIDAD PINCHE.
