Mulegé.-La comunidad de San Ignacio registró lluvias extraordinarias que habitantes calificaron como algo nunca antes visto, situación que provocó inundaciones y crecidas de arroyos que dejaron afectaciones en más de 60 viviendas de la población.
El agua creció a tal grado que comenzó a entrar a las casas, según narran pobladores de San Ignacio. Algunos tuvieron que subir a sus techos, otros se pararon sobre cualquier mueble para evitar que la corriente que entraba a sus hogares pudiera llevárselos.
Los automóviles comenzaron a cubrirse y la población no tuvo más opciones que buscar refugio, esto ante los estragos que ocasionaron los desprendimientos nubosos de la tormenta tropical “Mario”.
El gobernador del estado, Víctor Castro Cosío, aseguró que ya han iniciado con trabajos para levantar la evaluación de los daños, recalcando que no dejarían sola a la
Comunidad de San Ignacio.
El mandatario plantea un proyecto de reubicación para las personas que se encuentran en zonas de riesgo, incluso pidió la solidaridad del Ejido de San Ignacio para que donen un terreno y así poder contar con tierra para trasladar a gente que habita en áreas vulnerables por las lluvias.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) apoyaron a la población con la activación del Plan DN-III-E en apoyo de la comunidad.
La crisis en el norte despertó la solidaridad de los municipios de Baja California Sur, a través de la apertura de centros de acopio en La Paz, Los Cabos, Loreto y Mulegé para recolectar alimentos no perecederos, agua, ropa y artículos de higiene.

