Finalmente ayer se le puso nombre y rostro a la nueva amenaza a la pesca deportiva en Baja California Sur, que se había previsto desde febrero del presente año.
El senador morenista Raúl de Jesús Elenes Angulo, suplente del hoy gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, presentó ante el Senado una iniciativa que busca eliminar al dorado, al sábalo y al pez gallo de la lista de especies reservadas a la pesca deportiva.
Ayer mismo legisladores sudcalifornianos como la senadora panista, Lupita Saldaña, los diputados federales Marco Puppo y Alfredo Porras del PAN y PT, respectivamente, así como la diputada local Marbella González de Fuerza x México se pronunciaron desde sus tribunas contra la iniciativa del morenista sinaloense.
La iniciativa propone directamente la modificación del articulo 68 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables para quedar como sigue:
“ARTÍCULO 68.- Las especies denominadas marlín, pez vela, y pez espada, en todas sus variedades biológicas, quedan destinadas de manera exclusiva para la pesca deportivo-recreativa, dentro de una franja de cincuenta millas náuticas, contadas a partir de la línea de base desde la cual se mide el mar territorial.
No podrán realizarse actividades de pesca distintas a las de investigación, sobre las especies destinadas a la pesca deportivo-recreativa en las áreas de reproducción que establezca la Secretaría mediante disposiciones reglamentarias”.
Es decir con la modificación a la ley propuesta, se pretende la liberación del dorado a la pesca comercial “escalonada, ordenada y reglamentada”; objetivo que ha perseguido la industria pesquera nacional desde hace más de una década, al reportar las especies comerciales una situación crítica por la propia sobre explotación de la pesca comercial.
Para su iniciativa el senador se basa en un presunto estudio de CIBNOR que señala que el dorado está “sub explotado”:
“El Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), realizó recientemente un estudio técnico para evaluar la situación pesquera y biológica del recurso en las costas de Sonora, Sinaloa y Nayarit y sus resultados han sugerido que el dorado está siendo subexplotado, lo que sugiere la posibilidad de compatibilidad de explotación por la flota deportiva y las que integran la pesca ribereña, esto sin afectar el equilibrio ecológico”.
El legislador señala como justificación social a su iniciativa que:
“Lo que permitirá que los pueblos ribereños y comunidades de pescadores tanto de subsistencia como de ribera, gocen de determinados privilegios y derechos como pescadores, sobre especies que actualmente han despertado interés para ser comercializados y también se ha identificado una demanda gastronómica sobre todo en las zonas costeras, y que en la actualidad esta condición permitirá al sector pesquero ribereño mejorar sus condiciones de bienestar y ofrecer oportunidades de crecimiento económico, social y sectorial”.
“Considerando que México es la única Nación en América Latina que no aprovecha de manera comercial al dorado, al sábalo o chiro y tampoco al Gallo, se espera aprovechar estas circunstancias para armonizar estas pesquerías entre los sectores de la pesca mexicana”.
Sin embargo, en el mismo texto, Elenes Angulo exhibe el verdadero interés detrás de la iniciativa: la pesca incidental para comercializar:
“El pez dorado se encuentra reservado a la pesca deportiva dentro de una franja de 50 millas de las costas de México; sin embargo, se conoce que soporta una pesca ilegal por flotas artesanales de diferentes regiones, además de ser la principal especie que capturan incidentalmente las flotas palangrero y atunera. La Carta Nacional Pesquera la considera como un recurso con potencial de desarrollo, por lo que suponen que podría soportar una pesquería comercial en la zona costera”.
Y también pretende justificar la medida, por que el dorado, el sábalo y el pez gallo ya se pescan de manera ilegal:
“No obstante, se tiene conocimiento, y ha sido publicado en diversos medios de comunicación masiva, como el periódico La Jornada, que, en los litorales del Pacífico mexicano, desde hace tiempo se está realizando la captura y comercialización ilegal de las especies reservadas a la pesca deportivo-recreativa por embarcaciones comerciales”.
Finalmente, para “disminuir” la captura incidental, recomienda las siguientes acciones:
– Establecer un sistema de evaluación de la situación actual de la captura incidental y descartes en la región. Esta evaluación deberá considerar aspectos ambientales, económicos y sociales en el impacto producido por la captura incidental y los descartes sobre los recursos marinos.
– Desarrollar un conjunto de instrumentos que permitan el manejo de la captura incidental y la reducción de los decartes en los países de la región.
– Implementar políticas congruentes con los instrumentos de regulación asociados al manejo de la captura incidental y la reducción de descartes.
– Mejorar la ordenación, implementación programas para reducir las capturas incidentales, los desperdicios y los descartes en la pesca, con objetivos nacionales, los desperdicios y los descartes en la pesca, con objetivos racionales y de forma integrada, como componente de un régimen completo de ordenación para la aplicación de las medidas de conservación y ordenación contenidas en el Acuerdo sobre las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorias y el Código de Conducta de la FAO para la Pesca Responsable.
– Establecer medidas técnicas, por lo que resulta preciso investigar sobre la selectividad de los artes de pesca, a fin de reducir el aumento de la sobrepesca de las principales especies comerciales y conseguir el rendimiento óptimo del recurso.
Y concluye:
“La soberanía que el pueblo le dio a sus representantes en la Cámara de Diputados y Senadores es el poder de decidir a favor del pueblo de México y romper con lo esquemas tradicionales en donde todos los intereses contaban, menos el interés del pueblo, en donde las instituciones del estado se dedicaron a legislar y a proponer ordenamientos que protegen la distribución inequitativa de los recurso de la nación, esto se puede apreciar en las especies reservadas a la pesca deportiva, cuando originalmente se contaba con los peces picudos, se incluyó el dorado, el pez gallo y el sábalo o chiro sin un sustento ni estudio que demostrara que se necesitaban reservar estas especies, más aún la pesca de picudos se encontraba en su mejores temporadas según los registros de la CONAPESCA”.
