Por las reacciones de la clase política tras el magnicidio de Carlos Manzo, el pasado 4 de noviembre escribí en mis redes:
“No se cree en las condolencias del régimen… pero tampoco en la indignación de la oposición”.
Hoy desgloso.
No se cree en las condolencias de la experredista y hoy morenista Claudia Sheinbaum por que como Presidenta de México desde enero de 2024 hay diversas solicitudes públicas documentadas en video de los llamados que le hizo el alcalde de Uruapan asesinado solicitando su apoyo para enfrentar al crimen organizado en su municipio.
No se creen en las condolencias del ex calderonista y ex peñanietista hoy morenista, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana, por que también a él públicamente Carlos Manzo en más de una ocasión le pidió apoyo “si no podía ir la presidenta, que venga el Secretario de Seguridad”.
Presidenta y secretario lo ignoraron.
No se creen en las condolencias del secretario de la Defensa, el general General Ricardo Trevilla cuando ahora dice que el operativo de seguridad del alcalde acribillado “no falló”.
Y menos en las lamentaciones y pésames del ex perredista, hoy morenista, Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, quien además de ignorar a Manzo, hay documentales públicas en video cuando se burló de él y su método de enfrentar al crimen organizado al cuestionarle con sorna y risita “¿Cuántos abatidos llevas?
Pero tampoco se cree la indignación y las lamentaciones de la senadora ex morenista, hoy panista, Lili Tellez, con su acostumbrada estridencia y grosería y su show mediático contra el impresentable ex petista, hoy morenista, Gerardo Fernadez Noroña.
Ni en la elocuencia y discurso académico del senador panista Ricardo Anaya.
Ni en el discurso frontal del ex panista, luego morenista y hoy otra vez panista, el diputado federal, Germán Martínez, quien casualmente es diputado por Michoacán.
Mucho menos en el indignante circo montado por el priista Alito Moreno y su estirpe, con el grotesco “detalle” de colocar sombreros ensangrentados en sus curules.
Ni en la exigencia de justicia por el magnicidio por parte del emecista, Clemente Castañeda. Aún cuando ha trascendido que Movimiento Ciudadano quería aprovechar la fama nacional lograda por Manzo para que fuera su candidato a Gobernador en 2027.
Y es que antes del magnicidio de Carlos Manzo, no existe un solo testimonio público que algún político opositor que hoy “se desgarra las vestiduras” haya hecho uso de la tribuna de la Cámara de Diputados o Senadores; ni en entrevistas para hacer eco del reclamo y solicitud del alcalde hoy asesinado para que se le enviara el ansiado apoyo a su municipio.
Para colmo tampoco no hay registro que la propia diputada federal correspondiente a su distrito electoral y además, compañera del “Movimiento del Sombrero”, la ex verde ecologista, Araceli Mendoza Arias, se haya pronunciado en la máxima tribuna del país en apoyo de su compañero de proyecto.
Y por otro lado, de acuerdo a información pública, en la actual legislatura despachan 18 diputados federales por Michoacán, 9 por Morena, 3 por el PT, 4 por el PAN, 1 del Partido Verde y 1 independiente.
En el Senado hay 4 legisladores michoacanos, todos por Morena.
Ni uno solo acompañó la reiterada solicitud de apoyo por Carlos Manzo desde su curul.
Por que los políticos no representan al pueblo, representan a sus partidos.
El descontento nacional por el magnicidio del alcalde de Uruapan, no solo es por un régimen indolente, si no por una clase política de todos los partidos, indiferente.
Por que en el ejercicio del poder todos son lo mismo.
Una clase política que ignora a los vivos y llora a los muertos.
Los ciudadanos, a marchar y a alzar la voz este 15 de noviembre.
Sin partidos.
Frente al Palacio de Gobierno a las 5:00 PM en La Paz.
Frente a Puerto Paraíso a las 3:00 PM en Cabo San Lucas.

