Ayer les tocó regaño a los responsables de las áreas de comunicación social en las diferentes secretarías del Gobierno del Estado.
El propio gobernador Víctor Castro, les “leyó la cartilla” a los servidores públicos encargados de comunicar las obras y acciones de su gobierno a los sudcalifornianos.
Sobre el encuentro en un post de Face en las mismas redes sociales del primer mandatario, se matizó el tema de la reunión:
“Hoy tuve la oportunidad de reunirme con compañeras y compañeros que integran las diferentes áreas de comunicación de las dependencias del Gobierno del Estado de Baja California Sur”.
“En este encuentro, les convoqué a seguir construyendo una comunicación efectiva y cercana a nuestra ciudadanía, llevando oportunamente la información de nuestros programas y apoyos, enfocados en su bienestar e impulso de su desarrollo. ¡En unidad transformamos BCS!”.
Sin embargo, el encuentro fue un regaño.
El Gobernador mostró su desesperación por la mala imagen de su gobierno y sobre ello responsabilizó a los que cubren la comunicación social de las distintas dependencias, eximiendo de toda responsabilidad al director general de Comunicación Social del Gobierno del Estado, Luis Roldán y al jefe de la oficina del Gobernador, Omar Castro, que en corridillos políticos se sabe que tiene el control total de lo que se comunica del Gobierno del Estado.
Es decir, para el Gobernador la mala percepción que hay de su gobierno no es responsabilidad de quienes deberían delinear la estrategia de comunicación, si no de los que la ejecutan.
En su administración, Víctor Castro va en su tercer director de comunicación social. Ya probó con la experiencia de Vladimir Torres; luego optó por un ex periodista y ex funcionario “de la vieja guardia”, como Juan Antonio Flores, que no duró en el cargo ni un mes y finalmente hoy despacha el joven reportero, Luis Roldán, que simplemente sigue el guión que le marca Omar Castro.
En mi experiencia en temas de comunicación social, lo que alcanzo a vislumbrar dos grandes problemas en el tema de la comunicación social del gobierno de Víctor Castro.
1.- Descansar la comunicación social en alguien que no tiene la preparación, ni los conocimientos sobre comunicación.
Y no me refiero a quienes han sido directores del área en el gobierno de Víctor Castro. Ya se probó con la experiencia y el conocimiento de Vladimir Torres, la “vieja guardia” de Juan Antonio Flores y con las ideas de vanguardia que pudiera aportar la juventud de Luis Roldán.
Si el gobernador quiere resultados con una buena estrategia de Comunicación Social, debe hacerle caso a los que saben de comunicación social. Por muy buen escritor que sea su jefe de la oficina, no tiene los conocimientos para planear e implementar una estrategia de comunicación social y menos en estos tiempos que toda estrategia efectiva está basada en el buen manejo de las redes sociales.
Si te duele la muela, no vas al mecánico, vas con el dentista.
2.- No hay claridad en cuanto a la narrativa.
El primer paso para crear una exitosa estrategia de comunicación social, es definir la narrativa que se pretende para el gobierno y que se quiere informar.
Por ejemplo, en el gobierno de Leonel Cota, la narrativa fue enfocada en el cambio de partido en el poder y la justicia social; en el gobierno de Narciso Agúndez, se enfocó en la obra pública, principalmente obra pública con carácter social; en el gobierno de Marcos Covarrubias, se optó por una narrativa basada en los valores familiares e impulsar a Baja California Sur como el mejor lugar para vivir; mientras que en el gobierno de Carlos Mendoza, se trató de impulsar el estado a la modernidad.
En el gobierno de Víctor Castro, ¿de qué se trata su gobierno?.
Y es que en el grueso de la población, el gobierno de Víctor Castro pareciera que se trata de hacer chistes, su intolerancia en momentos de crsis y más recientemente, llorar.
Aunque en su gobierno se han lanzado programas que podrían ayudarle a generar esa narrativa, como el programa Tu Bienestar Nos Une, Ya párale a la Violencia o el Grupo de Amigos para el Bienestar, no han terminado de “cuajar” y en parte, presumo, es porque a tres años no se ha definido de qué se trata el gobierno de Víctor Castro.
Tampoco su gobierno se ha caracterizado por obras de gran relevancia para los sudcalifornianos, ni por su gestión de obras ante el Gobierno Federal.
Víctor Castro va a la mitad del camino en su gobierno.
Como es normal, empieza la curva del descenso de su poder y más por la temprana lucha de sucesión.
Si quiere una estrategia de comunicación exitosa y sobre todo, la anhelada trascendencia de busca todo gobernante en la historia, debe escuchar a quienes saben y sobre todo definir sobre qué se trata su gobierno.
La primera pregunta que se debe hacer es:
¿Qué quiero informar?.
