Oceana, la mayor organización internacional dedicada exclusivamente a la conservación de los mares, presentó esta semana el informe “GatoXLiebre en Baja California Sur: engaño en las mesas, peligro en los mares” es el que exhibe el presunto panorama de la sustitución de especies pesqueras en la entidad y coloca a Los Cabos como el segundo lugar nacional con más porcentaje en estas prácticas.
De acuerdo al reporte, para analizar las especies que se piden en restaurantes y que se entregan, durante julio del 2023 la organización tomó las muestras de 208 pescados para analizar su ADN. Del total de las muestras colectadas, sólo 177 tuvieron calidad suficiente para realizar una identificación genética confiable a nivel de especie: 50 en Los Cabos, 59 en La Paz y 68 entre Mulegé y Loreto.
Las muestras, detalla el estudio, dieron como resultado que el 60 por ciento de los restaurantes en Los Cabos sustituye las especies de pescado, en La Paz hay un 37 por ciento de sustitución mientras que en Mulegé y Loreto hay un 32 por ciento de sustitución.
Estos porcentajes, alude el trabajo de investigación, colocan a Los Cabos como el segundo lugar a nivel nacional (de 10 ciudades analizadas por Oceana) con mayor de sustitución de pescados en restaurantes, sólo por debajo de Ciudad Obregón que tiene un porcentaje de 69.
Se advierte que los pescados más sustituidos en Baja California Sur, Marlin con un 100 por ciento, el huachinango con un 60 por ciento, la cabrilla con un 60 por ciento, la sierra con un 40 por ciento y el jurel con un 24 por ciento.
Oceana consideró que uno de los engaños más preocupantes fue el valor del platillo ya que se les ofreció huachinango que tiene un costo de 419 pesos el kilo y recibieron tilapia que cuesta 126 pesos el kilo.
“Esta práctica tiene impactos negativos, los que consumen pescado reciben una especie distinta a la que pagaron, incluso a un mayor precio de su costo real; para el sector pesquero porque compite en desventaja frente a la pesca ilegal ya que el producto legal se vende a la par que el que fue capturado de manera ilícita; y para la salud de los mares porque no podemos saber con certeza cuánto ni qué se pesca”, destacaron en el informe.
La organización establece como necesaria la aprobación de la Norma Oficial de Trazabilidad, la cual permitiría conocer a detalle el camino que recorre el pescado del barco al plato y así evitar que sigan dando “Gato X Liebre”.
