Decenas de asociaciones civiles en México se han unido en una lucha contra el proyecto “Saguaro”, que pretende transportar Gas Natural Licuado (GNL) por territorio nacional y gas metano por el Golfo de California.
Activistas de Baja California Sur y del resto del país enfatizan sobre las consecuencias que este proyecto traería para la vida marina, la economía y el turismo si consigue los permisos federales que necesita.
De acuerdo con las organizaciones, el gas se extraería desde Texas, por lo que pretenden construir un gasoducto que atravesaría por Chihuahua hasta llegar a Puerto Libertad en Sonora, a partir de ahí sometería el GNL a un proceso de enfriamiento a menos de 160 grados centígrados para posteriormente transportarlo por el Golfo de California hasta Asia.
En este punto, las asociaciones denuncian que la construcción y ejecución de este proyecto tendría consecuencias muy graves, particularmente para mamíferos como las ballenas y otras especies que habitan en el “Acuario del Mundo”
Los buques metaneros, donde se pretende transportar el gas metano, son un riesgo principalmente para las ballenas.
“Las razones más directas que imposibilitan la coexistencia del megaproyecto de exportación de GNL y las ballenas en el Golfo son los potenciales impactos de los buques metaneros, este tipo de colisiones son la principal causa de muerte de las ballenas”, comentan
“A pesar de que hay un importante subregistro de los incidentes entre buques y ballenas, dado que al morir éstas se hunden en el fondo marino”, agregaron.
Subrayan que el Golfo de California es reconocido mundialmente por su biodiversidad, incluso la UNESCO lo considera un patrimonio de la humanidad.
“En él habitan 900 especies de peces, de las cuales el 90% son endémicas, es decir, que solo se encuentran ahí”, exponen.
Aunado a esto, más de la mitad de la producción pesquera de México proviene del Golfo de California, por lo que este proyecto no sólo atentaría contra la vida marina sino también contra actividades como la pesca que es sustento de miles de familias.
En este escenario, enfatizan que también representa un retroceso para la transición energética y marcaría una dependencia importante del gas fósil, cuando la ciencia apunta a progreso necesario hacia las energías renovables.
